
Inicio » ¡Ay, Juancito!
Querido Juan:
Probablemente ya hayas recibido varias cartas al respecto, pero te prometo que la siguiente es distinta a las demás, principalmente, porque no soy hijo de desaparecidos ni nací en el exedificio de la Escuela de Mecánica de la Armada. Con vos no me une otra cosa que el hecho de ser argentinos y hablar el mismo idioma. Puede que te resulte extraño otra carta abierta, y hasta es probable que ni la leas, pero convengamos que, si Nelson Castro le habló a una Cristina dopada y con un tubo en el marulo en el mismo día en que la operaron, lo mío es algo menor.
Antes que nada, confieso que me puse a ver el famoso video sin demasiadas expectativas. No me incomodé al verte exasperado con una mocosa que labura de noche en la calle para cobrar en un año lo que vos en un mes. La piba te dijo que te secuestraban el auto por no tener seguro, justo en Lomas de Zamora, que es uno de esos lugares donde circulan vehículos que dan el toque final a un paisaje digno de Mad Max.
Me sorprendí un poquito cuando surgió tu condición de Diputado, como si en Lomas de Zamora importara tu título de legislador porteño. Pero cuando dijiste que vos tenés huevos porque sos hijos de desaparecidos y te bancaste la dictadura, temí lo peor. Y lo peor está pasando, justo ahora.
Aclaraste que te calentaste porque quisieron coimearte, es creíble. Yo podría creértelo, dado que a los inspectores de Lomas de Zamora los tuve que padecer en varias oportunidades -siempre cerca de las fiestas de fin de año, obviamente- con sus ganas de medirte hasta la presión de las cubiertas para lograr algo que se asemeje a una infracción. Después aseguraste que tu bronca fue porque los Gendarmes son unos zarpados. Y también podría creértelo, si no fuera por el detalle de que son unos zarpados gracias a este Gobierno, en gran medida, que los usa para hacer el trabajo sucio.
Se empieza a complicar en cuanto afirmás que fue editado el video que desmiente todo lo que decís después. Si te filmaron a escondidas, no me queda otra que decirte que te jodas, Juan. Ustedes son los que financiaron y bancaron el Proyecto X de la Gendarmería, no los inspectores de tránsito de Lomas. Se infiltran en manifestaciones opositoras, mirá si vamos a asustarnos por un videito tomado con un celular en un control de tránsito vehicular.
Luego saliste a decir que ese «Martín» al que querías ubicar no es Insaurralde, si no un funcionario del Ministerio de Seguridad. Mirá, Juan, va con onda, pero si vas a chamullar, pensalo antes. Primero, porque el uso de influencias lo ejerciste igual, sea con el Intendente de Lomas o con el pibe de la Mesa de Entradas del ministerio. Y segundo, porque es difícil que un funcionario nacional pueda aplicar un correctivo a una empleada de tránsito municipal. Puede que Seguridad Vial sea un término que te genere confusión, pero -creeme- no tiene nada que ver con la otra seguridad.
Qué se yo, Juan…la cagaste. Si la hubieras embarrado sólo para el kirchnerismo, quizás ni te habría escrito la presente. El tema es que nos embarraste a nosotros, los votantes. Como te dije antes, lo peor de todo esto está pasando ahora. Hasta hace unos días, transitábamos la primera campaña electoral en muchos años en la que no se abordaba el tema «Dictadura».
Chapeaste para zafar de algo de lo que el resto de los mortales no zafamos, forreaste a una piba que laburaba de noche por tres chauchas y dos palitos, pediste por Insaurralde para que le apliquen un correctivo a la inspectora por desacatada. Nada de eso es importante, Juan, ya que lo que indigna, incomoda y molesta es que lo hayas hecho en tu condición de hijo de desaparecidos.
Gracias a vos, ahora tengo que fumarme programas especiales en los que entrevistan a personas que uno ya ni recordaba, con tal de que cuenten lo mal que estuviste al usar tu tragedia. Es difícil de aguantar, Juan. Que en plena campaña tenga que escuchar a Victoria Donda afirmar -una y otra vez- que ella también es hija de desaparecidos y no lo usa en campaña, me infla los gobelinos. Sobre todo, porque atrás de eso arranca su campaña en contra del verso de los Derechos Humanos de este gobierno, el mismo gobierno que la llevó de Diputada Nacional cuando a vos te metieron de legislador suplente.
Si eso quedara ahí, bueno, vaya y pase. Pero atrás de Donda te cae cada personaje que uno ya no sabe dónde esconderse. Ayer apareció Horacio Pietragalla, que al igual que el resto de tus compañeros, no sabía si criticarte o apoyarte, así que hizo las dos cosas. Contó que también fue víctima de la secta de los inspectores de tránsito, cuando un agente lo reconoció y lo quiso meter en una discusión sobre los años setenta. Convengamos, Juan, que nadie sabe que un tal Pietragalla es Diputado Nacional. Que un inspector de tránsito lo reconozca para discutirle sobre la dictadura suena tan creíble como el amor de Jessica Cirio a Insaurralde.
Ya que hablamos de Martín, no creo que dañaras su imagen. Si te dicen eso, te mienten, Juan. Antes de tu video, había más chances de lograr que Riquelme juegue cinco partidos al hilo, que de conseguir que Insaurralde revierta el resultado de las PASO. Él está perdido de por sí, por eso le da lo mismo sumar a Cirio a esos spots en los que no sabemos si nos piden el voto o quieren vendernos zapatillas para endurecer el culo. Bastante tiene con eso de ser y no ser, defender al gobierno y reconocer la inseguridad, festejar la década ganada y aceptar la inflación. Por eso no resultó extraño que termine rajando al Director de Tránsito, cuando en el video lo nombrás a él. Lo bueno es que Martín mostró su poder de mando al referir que la decisión la tomó después de hablar con vos, con el Director de Tránsito, y con Abal Medina, que tiene tanta autoridad para interferir en una disposición interna municipal, como la que puede darle su cargo de Jefe de Gabinete de la Nación: ninguna.
Mirale el lado bueno, Juan: lograste que nadie se dé cuenta de que borraron del mapa a Boudou. Incluso utilizaron la ausencia de Insaurralde para suspenderle otro acto. Además, conseguiste algo increíble: en el país de la inflación, de la inseguridad, de los trenes asesinos, de las villas expansivas, de la pobreza creciente, del apriete, de la transa con el capitalismo imperialistas para la entrega de recursos no renovables, de las hijas de funcionarios con autos impagables para la media, de los laburantes ricos para pagar impuestos y pobres para ahorrar en dólares…en ese país, lograste que el tema de campaña sea discutir otra vez la dictadura. Si Néstor te viera, seguro se sentiría más que orgulloso. ¡Hasta lograste que casi nadie hable del acuerdo con el Banco Mundial! Con tamaño trofeo, es lógico que Daniel Scioli diga que hablan de vos porque la oposición no tiene argumentos para debatir sobre el país.
En cuanto a tus argumentos que se ven en el video, yo sí considero que pusiste huevos. No en la dictadura, por razones obvias que obedecen a cuestiones de edad, pero te admiro la valentía de ir por tu verdad, de bancarte la incertudimbre de la espera del resultado, de enfrentar a tu apropiador, de conocer a tu familia biológica. No todos pudieron. Sin embargo, João, que seas hijo de desaparecidos, que te hayan ocultado tu identidad y que hayas nacido en la ex ESMA, no son virtudes, son partes de una desgracia de las peores que le podrían suceder a un ser humano. Está bueno que te sientas orgulloso de ser quién sos, pero el orgullo y la afectación de los problemas son tan, pero tan subjetivos, que así cómo vos no pudiste elegir la historia que te tocó, hay millones de personas en el mundo que tampoco les preguntaron si querían nacer pobres, lisiados, en un país en guerra, hambreados, sin agua, discriminados, olvidados.
¿Pensaste alguna vez en las madres que negocian a sus hijos por nacer para luego entregarlos porque no pueden mantenerlos y ni les dio el cuero para un aborto? A esos chicos también los anotan con nombres de padres que no los concibieron. Ellos tampoco pudieron elegir conocer a sus padres y quedarse con ellos. Ellos tampoco conocen su historia y, probablemente, nunca la conozcan. Podrían contar con una ley de adopciones que impida estas situaciones de compraventa de identidades, pero no tienen suerte. No son hijos de la dictadura asesina, son hijos de una democracia tan berreta que piensa que la realidad cambia con sólo dibujar los números.
Los hombres más grandes de la historia han sufrido infancias de mierda, o padres abandónicos, alcohólicos y golpeadores, o tragedias familiares, o enfermedades extremas, o lesiones perpetuas, o prisión ilegal, o condenas injustas, o torturas, o tormentos, o exilios forzados, o todo junto. Ese mismo pasado los hizo fuertes, dado que con tamaña historia te quedan tres caminos: revolearte por la ventana, ser un resentido o superar todo y buscar la grandeza. En tu caso, Juan, no sé qué decir: por momentos parece que tu trabajo es ser hijo de desaparecidos.
Para ir redondeando, te cuento que me alegra que reincorporen a su laburo a la piba de Lomas de Zamora que rajaron. Ella tiene mucha suerte porque su caso se hizo público. Si no hubiera aparecido ese video gorila, hoy estaría engrosando el número de desocupados a ocultar.
Por último, te felicito, Juan. Tiraste una cortina de humo sobre los problemas reales del día a día y reinstalaste la discusión por los setentas. Dos pájaros de un corchazo. ¡No cualquiera puede, eh!
Te mando un abrazo.
Miércoles. ¿Se imaginan si Menem hubiera dicho «no me pueden juzgar, desubicados, yo fui víctima de la Dictadura»?