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Podrán decir muchas cosas sobre la educación y la implicancia en el modelo actual de clientelismo político y analfabetismo cívico. Lo cierto es que la educación siempre fue el factor sociológico desde el cual podemos entender cuál es la dirección que quiere tomar un Gobierno. Incluso cuando se dice que se gasta –perdón, invierte– sin un sólo control de calidad, como si a más caro, mejor.
En la colonia se dio el primer gran debate cuando fue planteado por un abogado de tan solo 25 años: Manuel Belgrano. En 1795 el todavía doctor Belgrano criticó en Buenos Aires que, mientras en Europa cambiaban los modelos económicos y el viejo continente giraba a una naciente industria tecnológica, en el Virreynato del Río de la Plata solo aprendíamos literatura y jurisprudencia. De más está decir que nadie le dio pelota. Todo estaba bien así y para qué preocuparse.
Como sucede generalmente, lo que no se estudia con previsión termina resolviéndose a las apuradas. La Patria ya era independiente y no tenía con qué mantenerse ni mucho menos cómo convivir en sociedad al ser un país totalmente distinto a aquel que los colonos habían aprendido. La educación se volcó a educar al habitante para ser ciudadano. Juan Bautista Alberdi se dio cuenta de que no servía de nada educar a un ciudadano que no tenía cultura por el trabajo, ni respeto por la autoridad ni mucho menos conciencia de sacrificio –en esto no hemos cambiado nada– y sostenía que una fábrica educaba mucho más que una biblioteca en lo que respecta a la conciencia del deber. Así fue que el tucumano propuso abrir las fronteras a los inmigrantes europeos que ya conocían de memoria las labores fabriles y agropecuarias. Educación por imitación.
Domingo Sarmiento entendía que un país podía progresar si sus ciudadanos eran capaces y tenían «moral» del trabajo. Quiso una educación modernizada en materias tecnológicas para entrar al mundo industrial, pero se encontró con que aquella oligarquía política a la cual él pertenecía no había hecho un carajo en los gobiernos anteriores más allá de masacrarse entre ellos: Argentina no tenía ni yacimientos carboníferos suficientes como para alimentar tres ramales de ferrocarriles al mismo tiempo. Sin embargo, si algo tenía claro Domingo era que a nosotros nadie nos podía decir qué estudiar porque no nos interesaba. El que tenía plata iba a lo seguro, la medicina o la abogacía. El que no tenía plata, tampoco le importaba y se quedaba en los oficios paternos.
Pero Argentina no se quedó atrás. Junto con la revolución de la Unión Cívica de 1890 aparecieron los temores de las clases altas a las masas y la reforma educativa era el camino para frenarla. Las clases pudientes enviaban a sus hijos a los Colegios Nacionales, de dónde salían los dirigentes políticos del futuro, mientras que los menos afortunados enviaban sus hijos a colegios utilitaristas, si es que no los mandaban a trabajar sin pasar por las aulas. Por entonces Julio Roca estuvo a punto de exterminar los Colegios Nacionales del interior, que los pocos que podían mandar a sus pibes al Colegio fueran de Buenos Aires, algunos de Córdoba, y no jodan más. Algo frenó el proyecto. Si se acababan los Colegios, la Iglesia volvería a ejercer la educación, algo que la clase gobernante –y fundamentalmente, don Julio– no estaba dispuesta a permitir.
Hubo proyectos más simpáticos, siempre amparados en el progreso del país democrático, pero que escondían otros fines no tan simpáticas como neutralizar políticamente a las clases medias y bajas, a quienes se enviaba a los colegios de tinte industrial para que siguieran prestando servicios el resto de sus vidas.
A lo largo del siglo XX hemos cambiado los planteos educativos de acuerdo al contexto económico. Probablemente, lo más serio que se ha hecho al respecto fue la postura desarrollista, con la creación de la Universidad Tecnológica Nacional –que no sólo apuntaba a la industria, sino también a la agricultura– y los colegios industriales en la enseñanza media. Luego, nuevamente la debacle. Siempre que el Estado no puede autoabastecerse con el dinero, lo primero que se recorta es el gasto en la educación. Las escuelas fueron transferidas y subvencionadas, pero nadie se hacía cargo de la matriz.
El caso más emblemático y tristemente gracioso tuvo a lugar durante el último gobierno de facto, en el cual el Estado se deshizo de la educación primaria, dejándola al arbitrio de las provincias, pero conservó la educación secundaria y la universitaria. Los docentes se transformaron en centinelas de la Patria y, por las dudas, se les asignaron adjuntos. La literatura fue prohibida, educación cívica fue reemplazada por ERSA (Estudio de la Realidad Social Americana, o alguna cosa por el estilo).
Lo que vino después, ya es historia más conocida para todos. La educación siguió siendo el lugar dónde se depositan los curros y la necesidad de criar entes serviles al mantenimiento de un sistema insoportable. La reforma de la educación en la provincia de Buenos Aires llevada a cabo por Eduardo Duhalde en 1998 sólo trajo más complicaciones. Extender la educación primaria de Séptimo grado a Noveno trajo consecuencias nefastas. Chicos de 6 años que entraban al baño a hacer sus necesidades y veían pibes de 15 fumando, en el mejor de los casos. Adolescentes de 14 años educados por maestros. Profesores que se quedaron casi sin mercado por reducirse el secundario a tres años. Colegios que no tenían dónde meter dos aulas más por división y terminaron cerrando uno de los dos niveles. La extensión de la infancia hasta una edad en la que es necesaria una presencia más autoritaria y un negociado monumental con la sobrefacturación en la construcción de aulas en las escuelas públicas.
Diez años después de la reforma del gobierno del padrino político de Kirchner, se llegó a la conclusión de que no servía de nada. Lo nuevo no vislumbra demasiados cambios. Nos seguimos debatiendo entre un país agropecuario o industrialista, y la educación está pidiendo a gritos que busquen una solución alternativa. Hay lugar para todo y para todos. Falta coherencia y aceptar que educar para el futuro, no sólo es arriesgar el poder, sino también asegurar un país más justo de oportunidades para todos en función del esfuerzo individual. Pero estamos en Argentina.
Martes. A veces un poco de seriedad descoloca.
Si querés que te avise cuando hay un texto nuevo, dejá tu correo.
(Sí, se leen y se contestan since 2008)
38 respuestas
Aquel grito inicial de «Federacìòn o muerte! que en definitiva no fue otra cosa que el inicio de uno de los gobiernos màs unitarios conocidos por nusetro pueblo parece haber mutado por la magia del tiempo en otra mentira como la redistribuciòn de la riqueza del que hace alarde este gobierno.
Si viviese Rosas en estos tiempos serìa Kircherista.. sin dudas.
saludos!
Viva Cristina, putos!.
(comentario por cuenta y orden de los ciber k).
Ni ídolos ni monstruos, son nuestros antepasados. Los yankis les dicen Padres Fundadores, no está mal la frase porque éso son.
Nosotros todavía seguimos en la etapa adolescente en la que descubrimos las fallas de los padres y los repudiamos por no ser superhéroes a nuestro gusto. Pero son los fundadores, son nuestros orígenes, lo bueno y lo malo es un legado para asumir y superar.
Nuestras responsabilidades hoy son bien concretas y diferentes, no pasan por tapar monumentos a Roca o publicar panfletos contra el Tirano Sanguinario. Llegamos siglos tarde para éso.
De Roca me quedo una Ley de educación pública y gratuita con la que otros sueñan y nosotros tenemos desde hace más de cien años, de Rosas con su defensa ejemplar ante el descaro anglo francés, de Sarmiento con tantas cosas que no se pueden enumerar. Aprovechemos lo bueno.
Sarmiento no se va a levantar de la tumba para comerse niños indios, y la historia no es para perderse en ella abandonando los problemas del presente.
(Relato, qué buen post! Y es verdad, ni un cyberk a la vista!!!)
Relato:
Vuelvo a coincidir con Gabriela.
He recibido una instrucción muy sólida por la defensa de la figura de Rosas. Incluso fui a recibir sus restos junto con mi padre cuando fueron repatriados.
He continuado en mi búsqueda de una comprensión más cabal de nuestra historia y los hechos que han determinado nuestra actual conformación.
Me encontré con otras posturas, tal vez diametralmente opuestas y con el sentido fáctico de los hechos y los documentos escritos que avalaran esos procederes.
De más está decir que me encontré con otro Sarmiento. Otro Mitre. Otro Rosas.
Lo obvio de todo es que fueron hombres de carne y hueso. Con sus ideales a flor de piel y que, en muchas oportunidades, resultaron dañinas para los destinos de nuestra patria.
Nada podrá hacerse sino encontramos entre nosotros hombres con la misma convicción de ser líderes de un proyecto de país mirando desde esta periferia que nos toca vivir globalmente.
Lo que está claro, (siempre lo estará) es que hombres sin vocación democrática, sin capacidad para convencer con argumentos sólidos a sus adversarios y a su electorado, podrán ser visionarios pero nunca estadistas.
Todavía no pasamos del primer capítulo del Facundo. Eso es grave.
Parece que el tema de Relato contagió a Obama, qué tal la propuesta del US President? que los docentes cobren según el rendimiento de los alumnos.
La verdad, muy interesante el debate, adhiero a Relato y debo decir que habersele parado de manos a los Anglofranceses no fue poca cosa, mucho mas de lo que hayan hecho Mitre, Sarmiento o Roca. Si Rosas creo el espionaje, o el tema aduanas, los unitarios de la época se aliaron con potencias extranjeras para invadir nuestro territorio, asi los brasileros se dieron el lujo de desfilar por Buenos Aires luego de Caseros y se sacaron la leche de Ituzaingó.
Hoy por hoy la educación acá, tiene exactamente el doble del presupuesto de Defensa, por ejemplo. No se que hacen con la plata.
Saludos
San Martìn le dio el sable a Rosas por lo unico como la gente que hizo Rosas.. resistir el bloqueo del puerto de Buenos Aires que él mismo provocò con la ley de aduanas obligando a las pcias a hacer contrabando de mercaderias via Uruguay.
Inaugurò la propaganda y el espionaje en el gobierno e hizo uso y abuso de los necesitados que encima lo adoraban (me hace a acordar a evita repartiendo libritos y alpargatitas…. zorra!)
No daba puntada sin hilo y no tomaba ninguna decisión que no lo favoreciera en el mediano/largo plazo y asì fue como despues de una sequía grosa se fue a expandir al sur e hizo pactos de paz con los indios a cambio de tierras que repartió de manera discrecionnal entre sus adeptos.
Eso si.. cuando no le quisieron rnovar los superpoderes se ofendió y les dijo «ahora hacete cargo vos» a los diputados. SE BORRÓ!
Saca una ley de aduanas totalmente ridìcula y manipuladora prohibiendo introducir determinadas mercaderias que eran necesarias para el interior y eso obliga a las pcias a «negociar» con él según sus intereses.
Me voy a ver tele porque tanto leer bibliografias me puso de mal humor.
Entre ellas las del salame de Pigna que se piensa que porque usa bifocales y el otro salame eterno adolescente de Pergolini le puso unos mangos en el bolsillo dándole aire un par de veces puede decir lo que se le cante el upite y hacer revisionismo històrico con la misma liviandad con la que yo em fijo si està hecho el soufflé de queso.
Lindo tipo Rosas… si. Vos lo queres porque se le parece bastante a Peròn.. tal vez sea ese el mismo motivo por el que yo medio que lo tengo atorado en el gañote (aunque trato de verle la parte positiva y pienso siempre que las èpocas a veces requerían de ciertas actitudes).
Saludos!
Ok, vamos por partes.
Que Sarmiento no me cae bien, no es ninguna novedad, pero al menos trato de tirar mis argumentos, por lo cual soy consciente de que mi opinión no es para nada objetiva.
Pero si vamos a hablar de próceres ninguneados, también quiero ser poco objetivo y recordar a los grandes caudillos de la Confederación Argentina, y no me pidan que meta en la lista a Urquiza, que era lo más parecido a lo que hoy conocemos como caudillos políticos.
Rosas nos salvó no de una, de cientos de cosas. Rosas nos dió un lugar en el mundo y hasta uno de sus enemigos más venenosos -el doctor Juan Bautista Alberdi- dijo desde el exilio que Rosas era más conocido en el mundo que Washington, solo porque se le plantó a las dos fuerzas navales más poderosas de todos los tiempos.
La expedición al Desierto, como era una campaña de intereses privados, la llevó a cabo con su propio ejército privado, o sea, todos los Gauchos de sus estancias y sin usar dinero público.
Roca utilizó el Ejército Nacional con fines privados. Y si casualmente teníamos un conflicto territorial con Chile por aquellos años, Sarmiento no se podía hacer el boludo.
San Martín no fue ninguneado sólo en Yapeyú.
En Potrero de los Funes no hay un solo granadero ni recortado de la Anteojito.
Hasta 1950 nadie sabía quien carajo era San Martín, más allá del Ejército.
Arturo Jauretche encabezó un revisionismo histórico y Perón impuso 1950-Año del Libertador General Don José de San Martín.
No se quedó en una frase, también impuso que en todos los colegios de la patria, se enseñara obra y vida de San Martín. Emitieron monedas, no conmemorativas, sino las de uso público.
Y si mal no recuerdo, hace 16 años se trajo de Southampton los restos de Juan Manuel de Rosas, que también pasó sus últimos años de vida viviendo de la guita que le enviaban sus amigos, porque se encargaron de reventarle todas sus tierras y confiscarle la totalidad de su fortuna, la cual fue repartida entre el fundador del Diario La Nación, don Bartolomé Mitre y Urquiza. Además, le tiraron abajo su casa, en el lugar dónde se encontraba su cama, se levanta el monumento a Sarmiento, y los terrenos hoy llevan el nombre de Parque Tres de Febrero, mejor conocido como Bosques de Palermo. El parque fue inaugurado por Sarmiento.
De más está decir que San Martín era mejor no nombrarlo mucho, porque no había forma de justificar que el libertador de Chile, Argentina y Perú haya legado el sable que utilizó en todas sus campañas a Rosas.
Parte del desprecio a los próceres, vienen de otros próceres que nos contaron un «relato» de la historia un tanto ficticia y más justa para sus intereses particulares. Bartolomé Mitre y Sarmiento a la cabeza.
Coincido en un todo con Gabriela.
Relatono comparto del todo tu opiniòn.
Nuestros pròceres trabajaron para una República Federal y lo que tenemos hoy en dìa es la Verdulerìa de Doña Pocha.
No es a ellos a los que hay que cuestionar, sino a nostros que hemos dejado que durante los ultimos 50 años las cosas llegaran a este punto.
Sarmiento viviò en Paraguay y San Martin se fue a Francia viviendo con una pensiòn que le asignò Perù, mientras por estos dìas en Yapeyù lo ningunearon. TODO es contradicotorio en èste país,, no sòlo Sarmiento que en definitiva luchò por sus ideales y tan fiero no le estaba pifiando.
Saludos!
Las facultades están llenas de gente de todos lados, de escuelas privadas o públicas, al menos las de La Plata. Y concuerdo en que esa posibilidad hay que celebrarla. Tengo dos amigas brasileñas, vinieron a estudiar a Argentina porque era gratis, una medicina y la otra danza contemporánea.
almafuerte, no creo que esten abiertas para todos.
Acá las facultades públicas están llenas de chicos que egresaron de colegios privados.
Los que egresaron de colegios estatales y no tienen guita, tampoco pueden ir a la facultad, porque estudiar cuesta y las becas de apuntes y viáticos las administran los centros de estudiantes.
Hace poco escuchaba la conferencia de un arquitecto chileno joven, Alejandro Aravena.
Le preguntaron por su formación académica, y durante la mitad de la conferencia se la pasó explicando cómo había llegado gracias a su esfuerzo y a haber obtenido becas que le permitieron acceder a colegios especiales en el secundario, y luego gracias a ese escalón y otra beca llegar a la universidad, y cómo él siempre fue un elemento anómalo ya que no pertenecía al ambiente, ya que siendo el hijo de un comerciante y una maestra jamás hubiera podido llegar a donde llegó, y bla bla…
Estuvo explicando ésto una y otra vez, era como una obsesión. La audiencia argentina no entendía mucho: ¿cómo es ésto de que el hijo de un comerciante y una maestra no puede llegar a arquitecto?
Son éstas cosas de las que no somos concientes, está muy bien quejarse del mal estado de la educación y pedir más, pero no podemos olvidar que acá las puertas de las escuelas y universidades están abiertas de par en par para todos.
En el caso hispano, el sistema educativo está al borde del colapso… una base pésima, nulidad en el reconocimiento d la labor docente…nos acercamos a los británicos…por desgracia…
Saludos
Che, hablamos de educación y desaparecen los anónimos!
Que buena onda!
Ahora entiendo cómo funciona el aparato kirchnerista!
Roca también fue de la idea de cerrar los Colegios Nacionales en las provincias y que cada una se hiciera cargo de su educación.
Relato:
Hace poco leía un reportaje a Pepe Mujica, que acertadamente señalaba que el reclamo por igualdad, educación y movilidad social es un elemento central de la conciencia colectiva de Argentina y Uruguay, algo que traemos desde el origen.
Y que en otros países, particularmente de Latinoamérica, ni siquiera hoy está presente, y tienen que luchar con desigualdades estructurales históricas (de clase, etnias, etc.)
No me gusta Mujica, pero su observación es correcta. La educación pública puede estar en decadencia, podemos quejarnos amargamente de muchas cosas, Roca te pedía el certificado de pobre, todo lo que quieras… pero existe.
Y mejor aún, existe la aspiración permanente en nosotros de tener más y mejor escuelas para todos. Para nosotros es tan normal, que nos olvidamos de que acá a la vuelta ni siquiera pueden soñar con algo así-
Almafuerte: en Neuquén no se eliminaron las escuelas técnicas, pero debería ver lo bajo que cayeron de todas maneras desde que son provinciales. Yo terminé en la técnica hace 15 años y cuando veo lo poco que estudian y lo mucho que pelotudean no lo puedo creer. Recuerde que cada provincia adhería o no a la ley federal.
Neuquén no adhirió, mi escuela y todas las que pasaron a ser provinciales están mucho mejor provistas (cuando era nacional a veces nos cortaban la luz porque nación «se olvidaba» de pagarle al proveedor local, Calf), pero la calidad educativa siguió cayendo a pique.
Sarmiento dijo algo que yo apruebo: el problema de la Argentina es la extensión. Quienquiera que viva a más de 1000 km de Buenos Aires sabe lo que es ser el último orejón del tarro en un país en el que dioa atiende en la capital.
¨
Argentina es el séptimo país del mundo en superficie. Ningún país de este tamaño está organizado de manera tan centralista. Los senadores y diputados se borran y se olvidan de a quiénes fueron a representar, y a la gente se le dificulta recordárselo. Brasil es federal, estados unidos es federal. La regionalización no es una mala idea, la división política de argentina no tiene agumentos geográficos, productivos ni económicos.
En fin.
La otra cosita que agregaría, Relato, es el peor desastre educativo de los últimos tiempos, a mi entender.
Me refiero a la transferencia de la educación de la Nación a las Provincias y la eliminación de la educación técnica durante el gobierno de Menem.
Pocas cosas se le comparan: ¿transferir la educación sin fondos a las provincias? ¿Dejar a caudillos como Saadi la responsabilidad de educar a su gente? Una cosa es federalizar contenidos, y otra que la Nación abdique de uno de los principios fundacionales que nos construyó como país.
Y lo de eliminar las escuelas técnicas es incalificable. Nos costó un bache generacional, una pérdida de material humano increíble. En la última década, metalúrgicas y fábricas de maquinaria tomaban jubilados y chicos de 4º año como pasantes. Las escuelas técnicas y de oficios, bien llevadas, son el principal recurso para combatir la marginalidad y la falta de horizontes.
Por esas dos cosas solamente Menem debería arder en el infierno por la eternidad.
ALMAFUERTE:
Disculpame vos si te contradigo, pero casualmente la ley 1420 hablaba de una educación pública, laica, gratuita y gradual bastante ficticia.
Para acceder a la gratuidad había que presentar un certificado de pobreza que, en un país con un grave problema de analfabetización, era un trámite que nadie hacía.
La laicidad tamibén era una ficción, ya que también contaban con catequesis en horario extracurricular.
Disculpen si los contradigo, pero me parece que si nos comparamos con otros países, particularmente países vecinos, nos quejamos de llenos.
La ley 1420 de educación pública y gratuita fue sancionada durante el gobierno de Julio A. Roca, a instancias de Sarmiento: «la educación pública no debe tener otro fin que el aumentar cada vez más el número de individuos que la posean».
Es decir, hace 125 años que tenemos educación pública y gratuita, que aún hoy no existe en muchos países. Podemos quejarnos de su deterioro, de cómo se ha ido borrando su rol clave de igualador social, de progreso cultural, etc. pero no podemos olvidarnos de que tenemos impresa desde nuestro origen la demanda de una educación nacional para todos, y lo estamos poniendo en práctica (mejor, peor) desde hace 125 años. Esto no existe aún hoy en Chile, ni en Bolivia, sólo por poner dos ejemplos cercanos.
GABRIELA:
El clientelismo no es un sistema nuevo, lo sabemos todos.
Una de de los proyectos reformistas a la educación fue presentado por Saavedra Lamas con el único fin de frenar el sistema clientelista con el que tarde o temprano iría a ganar la Unión Cívica Radical.
El clientelismo lo querían conservar para ellos mismos y Sarmiento no fue la excepción. Fue electo Presidente estando en Estados Unidos y sin hacer campaña. Como Levingston, pero en un sistema supeustamente democrático.
La vida de Sarmiento ha sido una gran contradicción. El supuesto padre de la educación pública se educó en la educación pública.
Sarmiento tenía una frase -una de las tantas que quedaron en la historia- que decía «el problema de la Argentina es su extensión» y si Roca extendió la frontera hacia la cordillera nada tenía que ver con los indios sino con los Chilenos.
Por otro lado, tiempo antes, don Juan Manuel de Rosas había hecho exactamente lo mismo y nunca se lo consideró un patriota por ello. De hecho, él mismo se encargó de difundir que se conquistaron 6700 leguas cuadradas (2700 hectáreas cada legua) con un sólo propósito. Asegurar primero el funcionamiento de su estancia Los Cerrillos (en sociedad con Dorrego) y ampliar la exportación de carne salada.
Roca hizo exactamente lo mismo, pero quedó como un patriota. Don Bosco puede dar Fe de ello y ya dediqué un post entero a este entuerto de la Conquista del Desierto allá por enero.
Otra de las grandes contradicciones de Sarmiento es que criticaba a la oligarquía terrateniente o latifundista pero el formó parte de los Gobiernos encarnados por esa misma oligarquía.
No nos olvidemos que Derqui fue funcionario de Urquiza, Mitre de Derqui, Avellaneda de Mitre, Sarmiento de Avellaneda y así continuadamente. Sarmiento no escapaba a la regla.
Sostenía que la educación moral era uno de las tres capacidades que hacen al progreso de un país, mientras se garchaba a cuanta pendeja se le cruzara en el camino, la hija menor de edad de Dalmacio Vélez Sarsfield incluída.
Reivindicaba a Urquiza, a pesar de ser un terrateniente corrupto, de familia corrupta. Defenestraba a Rosas por lo mismo. Destruyó al Paraguay por considerarlo un país «bárbaro» a pesar de ser el primero de estas latitudes en contar con un puerto extremadamente productivo y un tendido de ferrocarriles.
Y por si fuera poco, fue a terminar sus días en el Paraguay.
Un hombre lleno de contradicciones.
Su actitud hacia al campo, no fue la excepción.
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Que gusto ver el nombre de Belgrano tan asociado a la educación.
Tomo esa parte del debate y sigo lo que genera la diatriba.
La mano de Sarmiento en política educativa ha sido definitiva para nuestra historia. Pero me parece, Gabriela, que usted hace una reivindicación mayor de la que este hombre merece. Las ideas europeas y angloamericanas puestas en práctica por Domingo no pueden decirse equivocadas, ya que frutos se han visto. Pero, no pretendamos negar dos asuntos fundamentales en nuestra historia de finales del 1800 (incluso, el palo para Roca durante su presidencia, es producto de lo que también lo delineó Sarmiento).
En primer lugar el modelo elitista de la educación. La educación europea de los grandes caserones de la oligarquía era algo lejano en estas pampas. Incluso la medida de «educación universal» que se pretendió al traer un pelotón de maestras estadounidenses remarca la cuestión, ya que en los pueblitos y las villas lejos estaban de conocer, y menos aun de adaptarse a ciertos métodos reglados e institucionalizados de escuela con prácticas de aula cerrada. Incluso acá en el Río de la Plata muchos chicos se veían en un baile con zapatos ajenos…
Y, entre la utopía y la revisión histórica, bien distinta podría ser la historia si las ideas de Belgrano (con adecuación, claro) de una educación AMERICANA hubieran sido carne. Recordemos que el padre del Aula… Belgrano, no solo fundó la institución escuela en el país, sino que buscó con afán (así como soñó en lo que sería el gobierno posterior a la revolución de Mayo) que la amalgama de criollos y pueblos originarios (conocimientos y prácticas) daría identidad al país.
Belgrano siempre admiró la cultura Incaíca (lejos, muy lejos de considerarlos «bárbaros»…), y, a decir verdad, nos quedaba más cerca… que la anglosajona…
Distinto hubiera sido si hubiéramos crecido e institucionalizado la educación sobre bases de nuestra propia tierra. Con las nuevas ideas de Europa, perfecto, pero con las prácticas de un continente rico en cultura, y un país que sangró por romper cadenas… y se educó bajo ellas (con grilletes viejos y otros nuevos).
Claro que, si es que hay divergencias… Que distinto también el escritor del maravilloso Facundo, del hombre que perseguía (desde su escritorio, claro) a originarios y gauchos… (Bien lo sabe Alberdi que lo conoció de una forma y lo sufrió de otra).
Educación, siempre educación. Porque acá se debate mucho sobre políticas agrarias y educativas… y más de medio país no tiene las herramientas para participar del debate.
Desde hace un par de siglos…
Un gusto, siempre, el debate.
Y mis respetos al padre del aula, Don Manuel Belgrano.
El león marcado.
GABRIELA:
Sarmiento tuvo una política agropecuaria pero a esta altura cuesta creer que fuera por amor al campo o por desprecio a la Oligarquía terrateniente a la que acusaba por mantener a la población en la barbarie.
La colonia de Chivilcoy llevó a Sarmiento a soñar con miles de «Chivilcoyes». El progreso de la colonia se lo atribuyó a los inmigrantes que «contagiaron» el laburo por la tierra y Sarmiento dejó de tener ganas de «exterminar al gaucho» como había sostenido a lo largo de su vida.
Sarmiento odiaba a los estancieros y sus medidas hacia el agro fueron para reemplazarlos por «Farmers» al mejor estilo norteamericano, para lo cual derogó la gleba para liberar millones de hectareas de tierras fiscales a precios accesibles.
Para mí, una cuestión de poder más que de estructuración social.
Sarmiento era el fanático del progreso a la europea.
Amigo Relato, te corrijo algo que lo vivi como actor y no me lo contaron, los milicos no pusieron ERSA lo pusieron en el gobierno de la cabaretera, el nombre completo era Estudio de la Realidad Social Argentina, y con esa excusa a nosotros con 14 años nos obligaban a ir a la villa a hacer entrevistas sociológicas, donde los amigos patasnegras nos corrieron a cohetazos pensando que eramos montos, y la gente no nos daba bola, por lo mismo, una belleza de criterio.
Como veras, ya desde el nombre, la materia tiene poco que ver con los milicos, me fui en el 77 del secundario, con que la reemplazaron o si repusieron educación civica (bastante hipócrita) no lo se.
Abrazo, y corroboralo pls.
Disiento con la observación hacia la actitud de que a Sarmiento Debe haber sido bastante frustrante para el amante del progreso y de los países con poca extensión geográfica, dirigir su política educativa a la agricultura.
Sarmiento estaba fuertemente convencido de que para lograr el desarrollo del país debía lograr una red de pequeños productores agropecuarios limitando el acceso al poder de los grandes productores ganaderos.
La estrategia que utilizó fue la de transformar el desierto pampeano en un cúmulo de pequeños productores «importados»: los inmigrantes, que de laburar la tenían lunga.
Ya lo dijo Borges: Sarmiento sigue formulando la alternativa: civilización o barbarie. Ya se sabe la elección de los argentinos. Si en lugar de canonizar el Martín Fierro, hubiéramos canonizado el Facundo, otra sería nuestra historia y mejor.
Te recuerdo el modelo de Chivilcoy, convertido en una zona agrícola debido a un proyecto impulsado por él y que infructuosamente quiso replicar en el resto de la llanura pampeana.
Sarmiento no fue sólo el padre de aula… también fue el precursor del agro, y totalmente convencido de que la agricultura construye la república, motivo que lo llevó a enfrentarse con los productores ganaderos (grandes latifundistas) de la época que eran los que detentaban el poder político.
Concluyo: si hay algo que justamente a Sarmiento no le jodió para nada fue justamente dirigir la política agraria de la que hizo su razón de lucha en los 6 años de gobierno promoviendo un sinnúmero de leyes que se cruzaron con la oposición ganadera.
Por el momento es todo lo que voy a decir… creo que reivindicar a Sarmiento como precursor de la república no es justamente decir que le infló las pelotas dedicarse a ello.
Que se yo… se ve que me levanté pensante, rebelde y contestataria.
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Hoy las escuelas rurales son las que más les enseñan a los chicos. Las escuelas céntricas (me refiero a las públicas) están a merced de paros, visitas de Bush (no exagero, mi sobrina de 9 años no tuvo clases porque, según LE EXPLICÓ el maestro «viene Bush a la Argentina, que es un asesino y bla bla bla»), jornadas institucionales de hacer huevo, desinfectación y tantos otros escollos para la educación.
Yo creo que a esta altura ni hace falta cambiar los programas. Si sólo se cumplieran los chicos sabrían muchísimas cosas. Pienso que una de los aspectos que más están influyendo es la falta de autoridad que la escuela -maestros, directivos- ejerce sobre chicos que NECESITAN que alguien los guíe y les diga qué está bien y qué está mal. Y encima ahora no lo tienen ni en la casa ni en la escuela.
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Muy bueno el post y muy bueno el apunte de Patora: ¿de quién puede venir un cambio en este momento?
La docencia está perdida entre sus propios sufrimientos y, también, sus propias culpas. Uno de los tantos costados lamentables del último conflicto docente es la imagen que dejan nuestros educadores: unos tipos ruidosos, pinta de estudiantes crónicos de universidad, casi patoteriles, que muestran que primero son gremialistas y después (quizás muuuyy después, o casi nunca, o nunca) son maestros.
Del otro lado, nada mejora: el curro discursivo de las 700 escuelas sigue apareciendo cada tanto (sobre todo cuando había que manotear la plata de la soja o de las AFJP). Y aun cuando en tres o cuatro meses terminaran de construirlas, ¿quién nos garantiza que 700 escuelas sean el aporte que necesitamos?
Hoy sigue estando el mismo concepto de la época de Roca: escuelas para ricos y escuelas para pobres. Las escuelas para pobres son las que vemos a diario: con materiales pobres, con libros despedazados, con muebles inutilizables, con pizarrones ilegibles, con maestros pobres. Escuelas pobres y maestros pobres para chicos pobres.
Que no jodan: hacer que los niños se formen todas las mañanas para saludar a la Bandera no es «inclusión». La «inclusión» que tanto le gusta pronunciar a Cristina, y a la reaparecida Gorda Delia, es algo bastante más complejo que hacer que los chicos vayan a la escuela.
Perdón, me fui al tacho con la extensión del comentario.
Sds!
Es raro leerte desde la seriedad. Aunque también allí tenés tus gags que hacen que todo sea más ameno y podamos entender el quid.
Excelente el post.
Te aplaudo Relato, a Vos y a la Profesora Navarro Nicoletti.
Y no puedo dejar de agradecerte profundamente las líneas sobre Manuel Belgrano, un hombre que aún hoy, no tiene el reconocimiento que merece.
La última reforma educativa no me la contaron, la viví con mi hijo y no hay exageración posible en tus letras. Estuve obligada entonces a dirigir personalmente sus estudios y a cubrir los huecos de nuestro sistema educativo. La mezcla entre docentes de escuela primaria (incluso directivos) y profesores de secundaria fue un caos inolvidable.
Como bien apunta Stella, se cambiaron formas, no fondo, y se cambiaron para mal, irresponsablemente. Los chicos no sólo perdieron en el aspecto cognitivo, también se desgastaron y en muchas ocasiones perdieron lo más importante a la hora de educarse: el entusiasmo.
Claramente los docentes primarios y secundarios, y los directivos de los establecimientos, poco pudieron hacer. La inmensa mayoría de ellos están comprometidos con la tarea educativa y con sueldos de hambre.
Muchas Gracias por proponer este tema, con tu estilo tan particular, franco y directo.
Mi Abrazo Querido Amigo.
A ninguno de los políticos, de ningún signo, les interesó la educación del pueblo, garantizada por nuestra constitución.
Basta mirar a nuestros gobernantes y ver las tristes consecuencias de esto.
Excelente post, Relato.
Slds.
Muy bueno el aporte.
¿Pero de quién puede venir un cambio en la política educativa? ¿De los docentes? Deberían estar en la vanguardia intelectual y le venís con una compu y salten gritando. ¿A las escuelas? Primero te hablan largo y tendido en los actos sobre la «comunidad educativa» y que tienen la puerta abierta para los padres. Después le venía con una propuesta concreta y te echan flit.
Nos quedan sólo los chicos.
A veces tengo la sensación de que nuestros gobiernos quieren hacer cambios que se vean. Lo importante es hacer ruido, parecer que nos movemos! Les cambiamos los nombres a las materias, a los años, grandes kilombos de maestros actualizándose y debates por todos lados. ¿Para qué? Para que cambien nada mas que la forma, y no el fondo. Porque la primera se ve, y la segunda no. Y como nadie piensa a largo plazo, no vale la pena invertir en algo cuyo rédito será de otro.
Tampoco quiero cometer el error de generalizar. Se que hay docentes, directivos y laburantes de la educacion que estan absolutamente comprometidos con el futuro de los jóvenes. Pero están solos!