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«Hoy están acá junto a Dios, porque esto es un milagro, un milagro que hemos hecho nosotros.»
Las palabras sonaron un tanto exageradas para la inauguración de una obra pública en la Villa 21 del barrio de Barracas. Más si tenemos en cuenta que Cristina también es la realizadora del milagro de ser multimillonaria viviendo del Estado. Sin embargo, la Presi le metió garra y se puso a trabajar para mejorar las perspectivas a futuro de quienes más lo necesitan: sus candidatos.
Muchos se emocionaron con la presencia de la Presi. Es lo más cercano que puede estar una persona de conocer a Dios, ese que te cuentan que cuida por vos, que se preocupa por vos, del que no se sabe bien si es o no el creador de tu mundo de mierda, pero a quien no podés cuestionar dado que obra de formas misteriosas. Sin embargo, te obligan a adorarlo para obtener la salvación, si pinta, porque te ama. Y en este caso te ama tanto, pero tanto, que te mantiene así, totalmente pobre.
Aún no sabés cuál es tu culpa, si solo tuviste la suerte de nacer acá, pero los miembros de la Iglesia de Néstor de los Últimos Días te convencieron de que sos portador del pecado original, algo así como que todo lo malo que te pasa no es tu culpa, pero es como si lo fuera, dado que cargás sobre tus espaldas los errores de personas que ya no están.
El gobierno dijo que probablemente existieran algunas pequeñas deudas pendientes y por algún lado había que arrancar. Ahora que ya terminaron con lo vital y esencial en la villa 21, quizás en un futuro puedan abordar los detalles superfluos, esos lujos que nunca están de más, como lograr que la parada de bondi más cercana no quede a veinte cuadras, o que los colectiveros puedan circular por adentro sin perder un dedo en cada viaje.
Hoy es la Secretaría de Cultura la que se instala en la Villa 21, y esperemos que no sea el único caso. Si las instituciones que supuestamente están para modificar las realidades, serán trasladadas a los lugares insignias de las realidades no modificadas por dichas instituciones, para ser coherentes, se debería mudar el ministerio de Economía a alguna cueva de la calle Libertad. Ya que estamos, al ministerio de Seguridad se lo podría mudar a cualquier aguantadero y colocar oficinas de atención al público en cada puterío. Por último, el ministerio de Defensa se podría instalar en el museo de ciencias naturales, donde las Fuerzas Armadas convivirían con el resto de las especies extintas.
Hablar de los asentamientos precarios es un tema un tanto complejo y peligroso de abordar sin herir susceptibilidades. De todos modos, si empezamos por reconocer que ya no añadimos el término «de emergencia» a la villa, tenemos más de la mitad del camino resuelto.
La existencia de las villas es un buen negocio para el Estado y por eso nadie se calienta en abordarlo. Si las villas resultaran un problema real para la subsistencia de un gobierno, ya habrían sido reguladas. Por el lugar que ocupan, la inmensa mayoría de los asentamientos son inofensivos para los funcionarios, que por lo general viven en barrios más cómodos. Los que se trasladan en helicóptero para ir de Olivos a la Rosada, ni sienten la intranquilidad moral de ver las construcciones -que ningún arquitecto se atrevería a denominar edificio- que asoman entre los barandales de la avenida Lugones cuando empalma con la 9 de Julio.
Una de las grandes paradojas del sistema de recaudación impositiva deriva en que a nadie con poder de decisión real le importe la existencia de una villa, ni siquiera para el cobro de impuestos. Las provincias no recaudan los impuestos municipales, y lo que correspondería al impuesto a la propiedad inmueble, no merece el esfuerzo de convertir el asentamiento en una zona residencial como la gente. Asfaltar calles, construir escuelas en proporción a la cantidad de alumnos, pagar a los ingratos de los docentes, establecer una comisaría y su dotación, no son costos que puedan recuperarse con recaudación de impuestos en lo que dura una gestión. Por su parte, al Estado Nacional le da exactamente igual: los habitantes de las villas pagan el mismo impuesto al consumo que los vecinos de Puerto Madero, cada vez que dejan el 21% de IVA en la compra de un jabón de tocador.
Los asentamientos precarios no siempre tuvieron inicios de ocupación ilegal. El primero que se recuerde existió en la década del ´30 y fue creado por el mismísimo gobierno nacional, el cual no sólo permitió la permanencia de inmigrantes que huían del hambre de Polonia, si no que cedió treinta vagones de tren para que vivieran como pudieran. Para darle un tinte menos trágico, el asentamiento se llamó «Villa Esperanza». Si bien fue demolida unos años después, el terreno ya era tentador. Hoy es la villa 31.
La denominación Villa Miseria se la debemos al escritor Bernardo Verbitsky –padre de Horacio– que a principios de los años cincuenta escribió unos textos en el desaparecido diario Noticias Gráficas sobre los asentamientos. Tiempo más tarde, quedaría inmortalizado en su libro «Villa Miseria también es América». Algunos intentaron poner un dejo de esperanza al denominarlas villas de emergencia, con lo que intentaban no cerrar la ventana a una chance de mejora social: es una situación de emergencia, se está de paso. Durante años funcionó así para mucha gente En las últimas décadas, los únicos que logran movilidad social ascendente habiendo nacido en una villa son los futbolistas que llegaron a jugar en primera, los punteros y los narcos.
Históricamente, el villero siempre buscó zafar. La marginalidad como norma general dentro de las villas es más bien moderna: creció con la hiperinflación, se perfeccionó durante los noventa, se convirtió en heróica en la crisis del 2001 y pasó a ser parte de la cultura popular en la década ganada. Más de veinte años de éxito ininterrumpido en la creación de generaciones que ya no recuerdan cuáles de sus ancestros fueron los últimos en tener un ingreso digno y estable. El término villero dejó de ser despectivo y se convirtió en orgullo gracias al cambio de siglo. Las tribus urbanas de clases bajas por años se identificaron con la cultura rolinga y consumían rock de la banda británica o el producido por sus tristes clones locales, o con grupos tropicales de música festiva y letras picarescas. Sin embargo, a fines de los noventa y con la cumbia animando las fiestas de la high society en plena Quinta de Olivos, la villa empezó a cobrar protagonismo más allá del paisaje urbano. La llegada de la cumbia villera hizo el resto. De pronto, fue normal cruzarse por la calle con un adolescente con uniforme de colegio privado que tararea «Colate un dedo» de Pibes Chorros.
A mi humilde entender, el surgimiento de la cultura villera fue de las peores cosas que le pudo pasar a los habitantes de las grandes urbes argentinas -y esto incluye a los propios villeros- en cuanto a consciencia social refiere. La aceptación de la existencia de un otro radicalmente distinto al que se teme y desprecia, pero del que se consume su cultura por moda; un extraterrestre que habita en el Área 51 que se encuentra tras la terminal de micros en Retiro, o en Villa La Antena de La Matanza. El sentimiento de temor y desprecio es recíproco: así como muchos piensan que el villero no es un tipo que nació y creció en una realidad de mierda, sino que es un humanoide prescindible, muchos de ellos no pueden comprender de manera lógica la relación herencia-trabajo-poder adquisitivo de los demás estratos sociales.
La aceptación de la cultura villera como un elemento colorido del gen argentino también acarrea políticas pedorras y deshumanizantes, curiosamente propulsadas y defendidas por gente que se define progresista y que a la villa va para sentirse mejor persona. La mayoría de las medidas aplicadas son para mantener a los villeros bien dentro de sus barrios. Suponer que armar un ciclo de películas de la villa coloca a la misma en plano de igualdad con los demás barrios residenciales, es prácticamente insultante. Si nos sacan la posibilidad del afuera, todos creeremos que nuestra realidad es inmodificable.
Tanto que se habla de la movilidad social ascendente, nadie tiene en cuenta el deseo de querer otra realidad para nosotros y nuestros hijos. Nadie cambiaría su realidad si no deseara otra. Obviamente, para desearla primero hay que conocerla. Y para no mandarnos cagadas, hay que saber cómo alcanzar esa realidad deseada. ¿O acaso todavía debemos creer que nuestros abuelos vinieron a la Argentina sólo porque huían del hambre? Si no hubieran sabido que acá podían estar mejor, ni se habrían acercado al puerto.
Ya que hablamos de la Villa 21-24 -La Zavaleta, para los íntimos- alguien debería considerar que muchos padres buscan colocar a sus hijos en escuelas que se encuentren fuera de la villa, a pesar de existir varios establecimientos de educación inicial, primaria, media, y hasta una escuela de formación laboral que subsiste en parte por los aportes del gobierno de la Ciudad, y otro tanto por donaciones privadas.
Son las ganas del afuera, el deseo de que los hijos tengan una vida mejor que aquella que les toco a sus padres. Para ello, tienen que saber que existe una vida mejor, para que el deseo los movilice. En sus televisores ven los mismos comerciales que cualquiera de nosotros, y al no ser marcianos, quieren comprar las mismas cosas que nosotros. Sin embargo, al igual que nosotros, el deseo del consumo no es igual al del progreso. Nosotros podemos llegar a hipotecar la casa y el futuro de nuestros hijos sólo porque se nos antojó algo que no podemos pagar. El que no tiene qué hipotecar, igualmente buscará la forma de satisfacer su deseo consumista. Nosotros podríamos tener una vida mejor, sólo que no la podemos pagar. Los más humildes podrían tener una vida mejor, pero no saben que pueden conseguirlo. Esto es algo que horroriza a cualquier progre que se precie de tal, dado que si el más humilde pretende dejar de serlo, ya no tendrían sentido las políticas limosneras y deberían buscar la forma de emparejar hacia la cultura productiva. Y hacer cosas productivas es algo que escapa de la cosmovisión de la cofradía de los ensayistas.
Parece mentira que a la misma clase dirigente que viaja para ver cómo funcionan las experiencias ajenas, no se les haya ocurrido aplicar lo mismo puertas para dentro. No es lo mismo montar un teatro itinerante por las villas que facilitar entradas para el teatro al que concurren el resto de los mortales. Este es el país en el que por ley se reserva un cupo femenino en cada lista legislativa, pero a nadie le pareció buena idea que en cada sala de cine se habilite un cupo de entradas gratuitas para los que no tienen con qué pagarlas.
Una villa se puede urbanizar. Pero si se mantiene el culto a la marginalidad misógina y delincuente, en la que el cuánto valés se mide con la escala Motomel, y donde ser madre a los 14 y abuela a los 28 es la única contribución a la sociedad que se tiene al alcance de la mano, será en vano. El problema no es sólo la villa, si no la marginalidad. Y si esto no fuera así, el complejo habitacional Ejército de los Andes no sería conocido como Fuerte Apache.
La historia reciente demuestra que todas aquellas políticas que se venden como inclusivas, en su mayoría son discriminatorias, y para muchos está bien que sea de ese modo, en una actitud ligada a un trauma emocional que genera la necesidad de sobreproteger al otro sin enseñarle a protegerse solo. No vaya a ser cosa que la movilidad social ascendente derive en que los necesitados dejen de necesitarlos y terminen compitiendo por sus puestos de trabajo.
«Este es apenas uno de los misterios de la economía marginal en las ciudades latinoamericanas, un misterio que los planificadores, ya sean desarrollistas, keynesianos, friedmanianos o marxistas, prefieren no enfrentar. La marginalidad es el moderno e implacable Waterloo de capitalistas, tecnócratas, dictadores y hasta revolucionarios».
Martes. Sin cambio de paradigmas culturales, la realidad social será idéntica, sólo que tendrá paredes con revoque y techo con cielorraso.
Compartilo, que los algoritmos me esquivan. Este sitio se sostiene sin anunciantes ni pautas. El texto fue por mi parte. Pero, si tenés ganas, podés colaborar:
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1.312 respuestas
¿Quién será el candidato del FPV en 2015?
Para llegar al gobierno faltan 2 años, bolsipus.
O ya están pensando el revolearle el sillón de Rivadavia a alguno, falso ingeniero?
¿encontraron algún candidato/alguna propuesta para llegar al gobierno?
¿El tea party se ríe de sus propios «chistes»?
¿LAFSA ya vuela?
¿Qué pasó con todos los planes de viviendas que vinieron anunciando?
¿Por qué si son un gobierno progresista eligen de aliados a los mafiosos del Conurbano y a los caudillos del Interior?
¿Qué pasó con todos los anuncios de conspiraciones e intentos de golpe desde el 2003 hasta hoy?
La presidente está loca, es mentirosa, está desinformada o todo a la vez?
http://www.perfil.com/economia/Eduardo-Buzzi-La-leche-esta-mas-cara-en-Rosario-que-en-Paris-20130918-0017.html
Puedo salir de madrugada sin que un wachiturro maltratado por la vida (y por su peluquero) me afane y me pegue un tiro?
Todas las viviendas del país cuentan con cloacas y gas natural?
Ya no hay más calles de tierra en el país?
Ya podemos subir a los trenes sin chequear el seguro de vida y saludar a nuestra familia como si jamás fuéramos a verla?
¿Y los millones chinos?
¿Y la super-empresa de telefonía celular estatal?
¿y Enarsa?
¿Y el Gran Gasoducto del Sur dónde éstá, enterrado con Chávez?
¿Ya puedo volar en Souther Winds?
¿Y la revolución ferroviaria?
¿Ya se cansaron de soterrar el Sarmiento?
¿Se dignaron a ´ponerle aunque una luz a la Autopista La Plata?
¿Y la independencia energética?
¿Por qué si vivimos en el Shangri-La de la reactivación industrial, aumentan los subsidios?
¿La Corte Suprema de EEUU tendrá el teléfono de Dios?
¿Y la vaca que ibamos a mandarles?
La radio de Moreno ¿ya tiene la grilla de programación completa?
¿Cuántas cosechadoras le vendimos a Angola?
¿La estatua de Colón sigue haciendo la plancha?
¿ya se puede ver por el 7 la novela de Andrea Del Boca?
¿Cuando llega a los cines de todo el pais los cortos que financió FlorK?
¿Por qué no salió aun la biografia sobre Maximo que escribió Sandrita Russo?
¿La soja es un yuyo que hay que regar con hache dos cero?
Veinticinco más y llegamos al número favorito de San Néstor Mártir que murió por nuestros pecados.
Si Direct TV produce contenidos y llega a 2200 ciudades, ¿no es de la corpo hegemónica?
El maldito multimedio no nos deja vivir en democracia, ¿qué espera la justicia?
Fuegian, no nos olvidemos de la duda que hace 5 años no deja dormir a todos y a todas: ¿Clarin ya es nacional y popular?
¿Barone ya se declaró massista de la primera hora?
¿Cuánto hace que no ven un pibe vendiendo estampitas en el tren?
¡Qué bueno que ya no hay gente durmiendo en la calle!
¿Abal Medina y Máximo tienen reserva en Betty Ford?
¿Kicillof sigue usando escudos humanos?
Roberto Robertino Robértez de Roberta debía 300 cedines el año pasado. Este año debe 600. Pero se desendeudó. Otra que la transustanciación.
¿Recalde jr. aprendió a usar alguna otra aplicación además del power-point?
¿El pacto con Iran sigue firme e inclaudicable?
¿Donde puedo comer con 6 pesos por dia?
¿Ya saldaron la deuda con el ANSES y el Central?
¿Ya llegaron los muchachos para la liberación? (yo llevo helado para todos y todas, los cucuruchos corren por cuenta del lumpenaje)
Esa relativización ya la intentó marcelo, y quedó mormoso por la falaciada que recibió.
Dale, cosmemierda, demostrá que la matemáticas mienten, y son neoliberales, clarinistas y sionistas y cualquier imbecilidad similar que cruce por tu mente de ameba muerta.
Metéle, dejános a todos boquiabiertos y asombrados… antes de que nos revolquemos de risa. por el suelo, y nos preguntemos de qué laboratorio clandestino te fugaste.
errata: Facundo Facúndez (quien genera $20.000 por mes y debe $12.000)
Ya cerraron las fronteras para evitar el ingreso de los desesperados canadienses y australianos?
(recién llego, me gustó el juego de las preguntas)
23:11:
No lo dudes que estamos más desendeudados que hace diez años.
Claro que si medís la deuda como Jorgito Lanata (como no se mide), solo fijándote en el valor nominal, podrás concluir que Pablo Páblez (quien genera $5000 por mes y debe $10.000) debe menos que Facundo Facúndez (quien genera $20.000 por mes y debe $8.000)
Viniendo de vos, no me extrañaría, te cuento.
Ni te gastes, no sos un interlocutor válido. ¿Déjà vu invertido?
Rectifico: estás en la nube de pedos, por encima de los cirrus nimbus. Otra que Baumgarter.
«Sarasa»:¿ todo lo que queda fuera del alcance de la comprensión del autoproclamado miembro de las razas (paradójicamente) intelectualemente superiores?
«Me alegra que lo hayas aprendido, ¿te acordás cuando dijiste que era bourbon, ignorante?»
Te sigo poniendo palitos, y los seguís pisando: falacia de afirmación del consecuente, de manual.
23:06:
Te faltó competencia intertextual.
Googleá y rectifica.
Sarasa. Para eso decí liberalismo y ya.
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Don Relato, fecha y lugar, por favor.
1000
22:58:
Desde el punto de vista económico, es mas o menos la misma merda con un prefijo que sirve para dar cuenta del liberalismo dentro de un nuevo contexto histórico.
Pero en esencia, no hay mucha diferencia que digamos (salvo que los viejos liberales al menos y en mayoría parecían defender esas banderas de manera más honesta, a diferencia de los neo, que aún a sabiendas de los desastres que han producido la aplicación de algunas de sus teorías, siguen insistiendo con la misma, sin siquiera reformularlas un poquitín)
¿Ya nos desendeudamos?
Otro aviso por cucaracha: marcelo no va al asado si no le compran Amargo Obrero.