Veterinaria para Principiantes

Una hora hablaste eh, te tomé el tiempo, casi una hora, pero fue muy lindo. Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, querido amigo Hugo Chávez; a todos sus colaboradores y colaboradoras; ministros, ministras; secretarios y secretarias, como también para nuestros equipo, al equipo argentino, en realidad el equipo suramericano argentino-venezolano podríamos decir porque la idea es que no somos dos equipos, somos en realidad un equipo que juega en una cancha grande, que es la cancha de América del Sur, que es la casa común de todos nosotros – estoy muy futbolera últimamente – pero que realmente simboliza las infinitas posibilidades que tiene esta bendita tierra y mirando su historia, de casi 200 años, como se han visto frustradas.

Hemos completado el año pasado, en el año 2008, el período de crecimiento económico más importante de nuestros 200 años de historia en forma continua. Y debo decir – esto no lo digo yo, lo dice un economista radical, de otro partido – que los tres mejores años en términos económicos de la historia argentina han sido 1948; 1973 y el año 2008, este último gobernado por una mujer -hija como usted decía de Perón y de Evita – y los otros dos gobernados también por quien fuera tres veces presidente de todos los argentinos.

Le voy a contar una anécdota, me acuerdo que esto lo conté una vez en Alemania, en la Federación Empresaria Alemana y los alemanes me miraban con cara de qué está contando esta mujer, qué es esta historia, no lo podían entender. ¿Cómo iba a entender un alemán esto que voy a relatar ahora? Durante la dictadura había una propaganda que mostraba sillas, uno se sentaba en la silla que tenía un cartelito que decía «hecho en Argentina», la silla se rompía y el argentino se caía el piso porque se había sentado en una silla que había sido construida en el país, con madera argentina y por manos argentinas. Luego seguía el comercial y se sentaba en otras sillas cuyo origen era «made in USA» o Taiwán o cualquier otro lado y entonces con cara de satisfacción se sentaba, la silla era fuerte y él podía estar sentado mucho tiempo. No sé quién habrá sido el idiota que protagonizaba ese corto comercial, después de todo por plata la gente es capaz de hacer cualquier cosa, hasta eso, pero cuando yo contaba esto en Alemania, que hasta hace poco tiempo fue la primera potencia exportadora, la industria alemana, un orgullo, me miraban con cara de qué está contando esta mujer, no puede haber existido algo así. Pero existió, por eso digo que los problemas que hemos tenido no los hemos tenido por los de afuera, los hemos tenido por los de adentro.

Y bueno, de estas historias, de estos relatos podría contarles muchos, porque hoy es Ayacucho pero en la Argentina también hubo muchas Canchas Rayadas; Cancha Rayada fue un desastre del cual pudimos recuperarnos después, pero espero que podamos seguir construyendo Ayacuchos, Maipú, y Chacabuco me apuntan. ¿Saben por qué me apunta Chacabuco el ministro de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación? Porque el señor es de un pueblo que se llama Chacabuco en honor precisamente a esa batalla histórica, y porque ganamos las elecciones también.

Pero son historias, historias de pago chico, pero también historias que sumadas con otras historias de pagos chicos de otras regiones constituyen la historia de esta patria grande que el año que viene va a cumplir 200 años. En abril espero estar en Caracas para conmemorar los 200 años de la patria bolivariana y espero que usted nos acompañe también junto a otros mandatarios de la América del Sur en mayo para conmemorar nuestro 25 de Mayo. Por lo pronto ya se ha comprometido en enviarme los retratos de Bolívar, de Sucre y de Miranda, porque en esta Casa Rosada histórica, como una de las tantas conmemoraciones que vamos a hacer de nuestro Bicentenario, vamos a hacer una galería de patriotas de la América del Sur.

Queremos que allí esté Bolívar, que allí esté Sucre, que esté Miranda junto a O’Higgins, junto a Artigas, junto a Tupac Amaru, que también forma parte de nuestra historia, y junto a otros hombres y mujeres que constituyeron y construyeron fundamentalmente no sólo un concepto territorial, algunos identifican la patria únicamente con los límites territoriales, yo siempre dije que la patria es algo más que el territorio, es el territorio más la historia, más la identidad, más el pueblo y la cultura que le dan vida y le dan razón y sentido a ese territorio. Algunos asocian únicamente soberanía a territorio, y es cierto que no hay soberanía sin territorio pero tampoco la hay sin pueblo, sin cultura y sin identidad.

Así que congratulándome y congratulándonos todos por estos importantes acuerdos y además congratulándonos por el éxito de haber cambiado la metodología de trabajo, de haber hecho las reuniones previas con los ministros, el contacto permanente, tenemos que seguir profundizando este trabajo y luchando como vos decís, Hugo, contra la burocracia que es el gran enemigo, que es el gran impedimento para poder profundizar muchas veces los acuerdos a los que llegamos. Es necesario por eso redoblar los esfuerzos, comprometer aún más trabajo, si esto es posible, para que cuando nos encontremos en marzo en Caracas, obviamente más allá de los 13 barcos que han partido, podamos haber cumplimentado todo lo que nos hemos propuesto.

Porque, para finalizar, yo no lo voy a hacer con una frase de Bolívar ni con una de San Martín sino con una de mi abuela, que era un española que llegó a estas tierras como la mayoría de los inmigrantes, con una mano atrás y otra adelante, casi semi analfabeta, y que siempre me decía que es de bien nacido ser agradecido, y nosotros somos agradecidos.
Muchas gracias, esta es su tierra y su casa. Muchas gracias.

En fin. Cuando la yegua sufre, hay que sacrificarla. Y hacen tanto quilombo por una amenaza de muerte. Capaz que fue un veterinario rural acongojado por una víctima del mal de la yegua loca. ¿Quién sabe?
Ando por aquí, calentando motores.

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