Da lo mismo caminar por Florida a las tres de la tarde de un jueves, que tomarse una combi a La Salada, o dar una vuelta por el barrio o, sencillamente, sentarse en el subte y esperar a que pase el vendedor ambulante. Todo es trucho. El valor asignado a lo real queda en segundo plano sobre el deseo de lo que se quiere conseguir aunque no dé el cuero. No importa que no sea de verdad mientras lo parezca, se pueda lucir, disfrutar y, por qué no, ostentar. Ni siquiera se discute si es legal o no, aunque ver al poli tomando mate con el mantero en la puerta del Abasto mientras chusmea la remera Lacoste a treinta pesos, nos genera nuestras dudas.
La única certeza que nos queda es saber que si en este país se aplicara la ley de marcas, un cuarto del conurbano se queda sin trabajo y medio país sale a la calle vestido con sábanas viejas. Si hoy se prohibiera la venta informal -y todo tiene un mercado paralelo- a pocos les daría el cuero para vestirse. Del mismo modo, si controláramos la propiedad intelectual, no queda nadie en pie. Acá, el que no compró algo trucho, compró una peli pirateada, o bajó alguna obra por internet sin pagar un peso. Herencia de un pasado frívolo, hay gente que cuenta la monedas para viajar en bondi, pero lo hace luciendo una cartera Louis Vuitton y unos Ray-Ban comprados al puestero de Retiro. Son los mismos que están al día de los estrenos del cine, aunque la última vez que pisaron una sala fue para ver Los Colimbas se Divierten. Hoy, gracias al pibe que le vende la última novedad por tres pesos, se pueden dar el lujo de opinar que Medianoche en París es un bodriazo con una iluminación de porquería y que las pelis 3D no son la gran cosa.
Hay una gran diferencia entre aparentar ser lo que no se es y mostrar lo mejor de uno. En la primera, nos mentimos a nosotros mismos; en la otra, sólo exponemos lo que creemos que son nuestras mejores cualidades. Una de las consecuencias de la primera opción es la proyección, acusar al otro de lo que uno es, magnificar los defectos del otro para desviar la mirada de los propios. Estas personas, mayormente inseguras, intentar demostrar la perfección propia destruyendo lo que les genera odio, lo que los demás tienen de antes y que ellos desearon y no pudieron conseguir.
La Presi inaugura un puente que comunica a un barrio con el resto de la ciudad,
se queja de la inversión de 22 millones de pesos para los que más tienen -en vez de explicar por qué no lo evitó- y cede su palabra a «los conchetos de Puerto Madero», entre los que está Aimée Boudou, sonriendo como Conti en bodega. En nuestra jerga, se usa la palabra concheto para referirse a una persona que tiene o simula tener un alto nivel social y no tiene reparos en hacer las ostentaciones necesarias para dejarlo bien en claro en público. Que ese calificativo provenga de una mujer que se gasta cien lucas en zapatos en una tarde de shopping por París, que no repite un modelo de ropa ni en una pesadilla, que utiliza joyas que sacarían de la miseria a varias familias y que no volvió a su Tolosa natal ni a tomar mate, suena raro.
Sonríe de costado para hablarle en público como una del pueblo, adornando su discurso con palabras en inglés y neologismos de factoría propia. Pretende saber de la realidad de los que viajan en transporte público y nos cuenta cómo era para ella tomarse el Roca cuando era chica, aunque si se subiera al actual pensaría que la conquista del desierto nunca se llevó a cabo. Caga a pedos al que no cree en el país, pero manda a su hija a estudiar al exterior. Dice proteger la industria nacional impidiendo las importaciones, pero la única marca argentina que utiliza es la del agua mineral. Y así, forrada en guita, fustiga a los que más tienen -y no son sus amigos- antes de irse a El Calafate a pasar el fin de semana en su mansión, mientras controla cómo va la recaudación de las veinticuatro propiedades y los hoteles cinco estrellas familares.
Convengamos que no es la persona indicada para tratar de concheto a nadie, aunque habría que reconocerle la representatividad absoluta de este momento del país. Un juez que juró cumplir los estatutos de la dictadura y al que le descubrieron seis puticlubs en sus propiedades, es la máxima autoridad para hablar de terrorismo de Estado y trata de personas. Un diputado a quien Perón expulsó del partido por traidor, tiene el dedo acusador para señalar a quienes no fueron fieles al proyecto. Un ministro de Economía formado en la UCeDe, en contra de los juicios a los militares en los ochenta y que declara sus ahorros en dólares por fuera del sistema bancario, es un ícono nacional y popular con autoridad suficiente para acusar de especuladores a los que compran cien verdes para cubrirse de la inflación. En definitiva, un gobierno compuesto en partes iguales por menemistas y aliancistas, son los que llaman a cuidar lo obtenido para no volver a ese nefasto pasado inmediato.
Ante este panorama, cualquiera tiene autoridad para criticar a quién le venga en gana. Son todos conchetos en su acepción despectiva. Por eso les pinta lo del revisionismo histórico: si no resisten un archivo, que haya archivos que los justifiquen.
Breves:
American Airlines presentó la quiebra. La muchachada agrupada en el Campora´s Fans Club festejan como el dueño del fitito que se alegra del vecino que vendió el BMW. Mientras Schiavi sostiene que si Aerolíneas Argentinas todavía no se fue a la quiebra es gracias a la gestión de Recalde, otras fuentes aseguran que si Marianito hubiera sido el responsable de la aerolínea norteamericana, las Torres Gemelas se habrían venido abajo sin la necesidad de Al Qaeda.
Daniel Scioli tiene problemas para formar nuevo gabinete. El tipo con menos carácter del protectorado bonaerense no logra imponer ni al cafetero de 12 y 51 sin pasar por algún filtro. El flamante vicegobernador Gabriel Mariotto desmintió estos roces y aseguró que ya tienen divididas las funciones de la gestión venidera: ellos se harán cargo de todas las cajas, mientras que Scioli y Casal pondrán la caripela cada vez que algo salga mal.
Juraron los senadores electos. El momento más emotivo se vivió cuando la santacruceña María Esther Labado, en un claro acto de coherencia con su apellido, juró «por las convicciones de Néstor Kirchner», lo que disparó aplausos, elogios y voces a favor y en contra. Mientras algunos sostenían que tamaño compromiso obligaba a poner ya la lupa sobre su patrimonio, no faltó quien afirme que «seguir las convicciones de Néstor, es una garantía para hacerte rico chupando la teta del Estado».
Jueves. Hoy me rasqué el higo. Si me da el cuero, mañana actualizo.
14 respuestas
La mejor definicion de la Cristina la dio J Asis,cuando dijo «es una tilinga».
El idilio con Aime termino,y a este lo eligio ella ,sera como fue Scioli para Nestor,el felpudo.
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no te equivoques, relato: cristina sigue siendo una grasa. con plata, pero grasa al fin.
concheto es otra cosa.
Tambien juró para Senador Don Carlo, que fue OVACIONADO por……………La Campora????
Que Loco, No??????
No hay que ser injusto:
¿Que político no tiene hijos u otros familiares directos viviendo o estudiando en el exterior?
Yo hace rato que pienso que la dirigencia argentina prueba políticas económicas,educativas etc.
sin exponer a los suyos a la experiencia.
Un Opositor…..Realmente cree que los vueltazos de las obras publicas son la fuente de enriquecimiento de la familia presidencial?
Mea fuera del tarro…
La cosa es mas blanca….
Cada tanto explota una cocinita….pero no pasa nada. Sacamos a un perejil que por unos gramitos diga que en su casa cayo un meteorito y listo…la explosion de la cocina de merca queda sepultada bajo la alfombra….
Merca opositor…O nos pensamos que el control de aerolineas y de la policia es pura casualidad?
O la amistad con Moyano?
Tienen la vaca atada Opositor….
EL negocio es mayor que sacar un par de millones de pesos de los 1000 millones del correo….
Duhalde es un poroto al lado de estos. Dualde es un puntero de la esquina al lado de estos narcotraficantes.
Le tiran al pueblo tres migajas porque saben que 2 vuelven con merca en caulquiera de sus variedades.
Que boludos que somos.
Y ahora me lo publica! La puta madre! Me borrò los anteriores!!
Me pa que blogger esta funcionando como el mismìsimo ocote. no puedo dejar comentarios hace horas!
Un tema que siempre me puso loco: este es un país trucho. Y la truchez de lso productos es solo parte de ello. La mayoría perdió de vista el por qué de las cosas, copian y creen estar viviendo el original. No entienden que las normas y las formas son emergentes de cosas profundas, creen que en argentina la mona se viste de seda y se vuelve princesa. Las buenas costumbres, las leyes, las instituciones, en una sociedad saludable, no se definen aleatoriamente, surgen del espiritu del pueblo. En Argentina cada vez me parece que hay menos contenido, y las instituciones no se sostienen porque no reflejan nada vivo, se han vuelto formas sin respaldo, escenarios de carton pintado. La hipocresía, la mentira y la menos intencionada falta de cualquier espontaneidad y autenticidad son la norma. Boudou y la familia Kirchner en mi opinión son muestras perfectas de todos esos defectos y pecados.
Todo es fruto de la cultura a «lo trucho» que tenemos.
La camisa que vende el mantero, tranquilamente podría no tener el cocodrilo, o tener un papagayo. Que si vale $30, y uno no tiene guita para comprarse otra cosa, la compra igual.
Mi hija tiene un equipo de gimnasia con el logo de nike. Yo lo hubiese comprado igual si no tuviese ningún logo.
Pro el lado político…
Por lo menos Boudou tiene guita desde hace tiempo. Nació en cunita de oro, como diría mi abuela. Vivía en el barrio Los Troncos de Mar del Plata y el secundario fue a un colegio privado. ¿A quien le extraña que ande en harley y que viva en puerto madero?
Ahora, la viudita que hace poco más de 30 años estudiaba en la UBA de La plata, se va vivir al sur y se casa con un tuerto muerto de hambre. Le daba el perfil para ser presidente y duplicar/triplicar su patrimonio todos los años? o en el mejor de los casos debería estar haciendo sucesiones (si se recibió) y manejar un auto nacional con 5 años de antigüedad?
«Dice proteger la industria nacional impidiendo las importaciones, pero la única marca argentina que utiliza es la del agua mineral. Y así, forrada en guita, fustiga a los que más tienen -y no son sus amigos- antes de irse a El Calafate a pasar el fin de semana en su mansión, mientras controla cómo va la recaudación de las veinticuatro propiedades y los hoteles cinco estrellas familares.»
ALGUNOS TIPS:
Si prohubieran la importación para proteger la industria nacional, por lo menos tendría una coherencia endógena, pero solo lo hacen porque cualquier compra en el exterior implica salida de dólares, y están desperados. Es como si vos estuvieras sin laburo, y le prohibieras comer a tu familia. La demostración palmaria de esto es que prohiben la importación de cosas que no se producen en el pais.
Con respecto a las propiedades y hoteles: no hace falta hacer un curso de lavado con Price Whaterhouse o el Cartel de Sinaloa, para saber que inquilinos que no son, compradores de terrenos que no ponen un mango, o inexistentes huéspedes en un hotel, son la forma de blanquear ingresos que provienen de actividades ilícitas, como por ejemplo algunos vueltitos en obras públicas o prebendas de empresarios amigos.
Un lavador es justamente alguien que demostrará excelente cumplimiento fiscal con enormes declaraciones de ganancias y manifestaciones de bienes.
Por eso, si La Presidenta REALMENTE tiene inversiones rentables, inquilinos y hoteles carísimos llenos de pasajeros, dentro de todo estaría bastante bien. Yo no lo dudo…
Don RDP:
Convengamos que la República Argentina de Bananolandia es el reino de la contradicción: millonarios usureros representan lo «nacional y popular», sindicalistas forrados en guita son «la voz de los trabajadores», corruptos que hace un año viajaban en subte y hoy se pasean en un Mercedes nos dan lecciones de honestidad, etc.
Que en ese marco un pobre gil se compre algo trucho es apenas una anécdota graciosa.
Brillante el post. Como siempre.
Saludos.
Bien Relato. Lo suyo siempre Brillante.
Sabe cuál es el mayor fracaso de su amado peronismo?
Que la mayoría de los conchetos, 60años después de haber puesto las patas en la fuente, son …….. peronistas.
De todas formas eso ya era visible en el mismo 45, porque el peronismo nació como una amalgama del peor conservadurismo argentino, «renovadores Radicales» ( mas conservas ) y socialistas tipo «Bramuglia» ( otros conservas ), solo el pobre y primer traicionado por el «peronismo de Perón » Dn. Cipriano Reyes
reflejaba aires de cambio.
Si analizás cada sociedad provincial ( vivo en San Juan), hoy los conchetos son peronistas ( pejotistas ), cuánto más pobre la provincia, más peronismo concheto en el Poder Judicial, en los clubes sociales, en las fiestas de sociedad, viajando por el mundo ( para no aprender nada ), en las reuniones «empresariales».
Atención, toda sociedad «abierta» debe tener «conchetos», el drama ( drama argentino ) es cuándo éstos ( los conchetos ) pretenden ser además representantes de los desposeídos y se ofrecen, falsamente, para promover la circulación de las élites. MarioD
Coincido con el conchetismo argentino.
Comprarse unas zapas truchas para aparentar unas de 600, o pegarle un cocodrilo a una chomba berreta son típicas actitudes de perdedores.
Un yankee paga unas Nike 20 dólares, pero acá las pagamos 150 y nos creemos unos vivos bárbaros.
Pero hoy comienza diciembre,Relato, la sidra a tres mangos y la canasta de Guiyote a 100 nos prometen unas fiestas bomba.
Slds. y good show.