Salón de actos de la Casa Rosada. Locutora oficial que anuncia las palabras de la Presidente. Quince contratados pisando los 40 gritando «Cristina Corazón, acá tenés los pibes para la liberación». La Presi que sonríe, la pantalla que muestra a los participantes de la teleconferencia con cara de «Yo me quiero casar ¿Y usted?» y el discurso que arranca con la viuda alegre avisando que tendría que estar en Córdoba, pero que prefiere hacerlo desde la Rosada porque en la tierra de Schiaretti la iba a recibir en el aeroparque el correo de la mesa de entradas municipal.
El supuesto motivo de la teleconferencia era inaugurar las obras del aeropuerto de Villa María y el Palacio Municipal de Villa Dolores. Obviamente, no explicó porqué mierda la Nación tiene que pagar el edificio de una municipalidad cordobesa, pero al menos duró poco y enfiló para el lado que quería y lo único que le sale. Cual niña cantora de bingo fantasma, empezó a hablar de numeritos, diciendo que Argentina creció 9,9% y que calcula que el año va a cerrar en 8%, reconociendo que no tiene idea de cómo hacerlo, pero exigiéndole públicamente a Boudou que lo haga de alguna manera.
Tomando como base la encuesta permanente de hogares realizada por el INDEC, nos informó a los boludos que no queremos ver la argentina real, que subieron un 36% los ingresos de los que menos tienen y que el índice de Gini bajó desde «el trimestre en que empezó, pobrecito Él con sus veintidos porcientos (sic) de votos». Después nos recordó el préstamo que la ANSeS le hizo a la imperialista General Motors para que fabricara un auto y nos contó su experiencia en el nuevo chiche eléctrico de la compañía: «Me subí. Lo manejé. Increíble. No hace ruido y se prende por un botón. Y lo que es más notable…¿Vieron cuando uno abre el cosito que tiene el auto para ponerle la nafta? Bueno, hay un enchufe. Entonces, el tema es que, entonces, no vamos a cargar nafta, sino que vamos a decir enchufame el auto.» ¿No es divina?
Como no todo es joda en la vida, la Presi puso carita de Sin Activia y habló de la situación de las provincias damnificadas de la patagonia como «algo muy feo.» Como ídola que es, les informó que no teman, que ella los va a salvar, como los salvó de la Gripe A y de la crisis internacional. Respecto de lo que pueda pasar más adelante, llevó tranquilidad con un contundente «la vida es así» y les recordó que ella podría haber tenido un día perfecto si no fuera por ese volcán de mierda. Cambiando de tema, contó que, en cuestiones de inversiones, ella siempre está con las antenitas abiertas (?)
Siempre ubicada en tiempo y espacio, ayer inauguró en Misiones una fábrica de zapatillas, un escuela de lírica; y otra Técnica de San Juan por teleconferencia, recordó que en los 90 se cerraban secundarias técnicas, pero no dijo nada de las que cerraron en los últimos años, destinadas a energías renovables, esas de las que le habló al director de General Motors sólo 24 horas antes. A continuación, les recordó a los que mastican cortezas, que en Grecia y España comerán todos los días pero les enfriaron la economía, para luego referir que estamos mejor «gracias a Dios que los iluminó» a Él y a ella.

Como el clima pintaba lindo y llamar Maurice al gobernador Closs le recordaba a sus compras parisinas, a la iluminada divina le pintó hablar de lo grosa que es como Presi y del período de obras públicas más grande desde la reconstrucción de Roma en el siglo I de nuestra era, para luego recordar que ella gobierna para todos los argentinos, incluso esos turros que llegan cortando clavos con el culo a fin de mes y se atreven a criticarla. Todo venía tan, pero tan lindo que hasta se le dio por contarnos cuál es su técnica para sobreponerse cuando el antidepresivo no le hace efecto: «Cuando estoy a punto por allí de enojarme -porque a veces me enojo- pienso en él y me acuerdo de cómo sufría las cosas, y me digo: te tenés que cuidar Cristina, no tenés que enojarte y debés tener la fuerza que él tenía.»
Envalentonada, se acordó del Primer Ministro del Reino Unido, al que trató de mediocre y estúpido funcionario de un país colonial decadente, para luego amenazarlo con que va a recurrir a todos los foros para continuar en el reclamo por las Islas Malvinas. En Inglaterra se le cagan de risa y algunos proponen invitarla al Royal Albert Hall para armar un ciclo de humor latinoamericano. Nosotros, en cambio, proponemos la solución final: derrotarlos culturalmente. Es sencillo y, aunque presumimos caro, nos aseguraría la posesión de las Islas para la eternidad. Enviamos varios libros explicativos de lo lindo que es vivir en la Argentina, donde el Gobierno tiene tantas ganas de gastar plata que es capaz de pagar miles de pesos por un casita de telgopor para dárselas como viviendas dignas a los que vivían en una casita de telgopor. Les mandamos fotos de Cabandié, Lubertino y Rossi, contándoles que con esas caras y esos curriculums, son legisladores. Si así y todo no agarran viaje, les ofrecemos un subsidio en blanco para financiarle cualquier obra pedorra que quieran llevar adelante y ahí, segurísimo, se prenden. Somos el sueño de cualquiera. ¿En qué otro lugar se puede vivir en una zona residencial ABC-1 con la luz y el gas subsidiados?
Finalmente, la Presi terminó su parloteo misionero con palabras de agradecimiento a los que la apoyaron cuando todos creían que el modelo de la plata sojera colocada en renta financiera se había agotado, mientras los neoliberales «se frotaban las manos,» para luego convocar a todos y todas los argentinos y argentinas a que sostengan esta Patria que construyó como un concepto para todos.
Incluyendo:
Decir que todo lo que se hace es para que la próxima generación esté incluída, es tan estúpido como suponer que por tirar semillas en un jardín, me van a crecer tomates sin echarles agua. Nunca pensaron en el futuro siquiera a mediano plazo para el país. La única seguridad sustentable que buscaron -y obtuvieron- es la de sus economías para los próximos dos siglos, el resto es tirar de la única frazada que conocen para tapar a unos, destapando a otros. Debe ser por eso que pegan tanto en algunos fumones universitarios, a quienes lo que vaya a pasar mañana les importa menos que el índice de la alfalfa en la bolsa de México.
Repartir computadoras compradas a precio NASA a pibes que no tienen vivienda digna ni un plato de comida caliente en la casa, no me parece mal. Ahora, sentarlos en una mesa para que salgan en la teleconferencia de la Presidente inaugurando las letrinas de la estación de trenes de Villa de Mayo para demostrar que es buena y piadosa con la guita de los jubilados, es como mucho. Más si después los pibes tienen que volver a la casilla y ver al padre haciendo lo mismo que hizo en los últimos tiempos: nada. No se puede ser tan caradura de hablar de inclusión social. No es inclusión regalarle un smoking a un indigente si no lo dejás entrar a la fiesta. ¿O acaso es inclu
sivo negar la indigencia teniendo diez familias durmiendo a cielo abierto en inmediaciones de la Casa Rosada?
Y ahí están los monitos empeñados en dar la batalla contra la formación de opinión pública en cuanto lugar entren. Al menos ya entendieron que el mundo avanzó desde 1980 y descubrieron las redes sociales. Ahora les falta entender que chuparle el culo a la mina que escribe por Cristina en Twitter y copar Facebook con fotos del Nestornauta y videos de Boudou cantando canciones de Pappo, no va a convencer a nadie en un área de la comunicación donde la mayoría de los usuarios tienen una formación escolar acabada y un ingreso económico que les da el discerinmiento suficiente para putear al Ministro de Economía por hacerles llorar la billetera, en vez de ponerse a debatir si tiene buena onda, es copado, un adolescente tardío o sólo un pelotudo.
Conscientes de la incapacidad de poder explicar en qué parte de las bondades entra la inflación del 25% anual sostenida durante cinco años, dónde se encuentra el esfuerzo del Gobierno para dar una solución habitacional a quienes tienen salarios medios o en qué mejoró la seguridad al cambiarle el nombre a la Escuela de Cadetes de la Federal, prefieren poner sus ganas en sostener lemas muchos más efectivos como «Cristina Capitana», «es lo mejor que le puede pasar al país» o «Che gorila, no te lo decimos más, si la tocan a Cristina, qué quilombo se va a armar».
Viernes. Viva la pepa.