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Que no se note

Hoy estamos ante una situación increíble para cualquiera que viva en un país donde se respeten las instituciones. Vivimos en una tierra donde las personas que presiden esas instituciones -mala palabra- se dedican a defenestrar, desactivar, corromper, aniquilar, destruir, esas mismas instituciones. En esta epoca de vergüenzas propias y ajenas, celebramos un nuevo fin de semana largo. En estos tiempos de tanta gloria inexistente, logros no habidos, y héroes de bolsillos llenos y escrúpulos ausentes, hoy es el segundo día de descanso.

Pocas veces ha pasado tan desapercibido el aniversario del fallecimiento del General José de San Martín. Una persona que nos queda grande, gigante. No nos merecemos tener un prócer de tamaña magnitud. Propio de una educación que nos impuso la santidad e inalcanzable heroísmo del General, que nos quitó las esperanzas de ser como él, no hemos hecho nada por imitarlo, por alcanzarlo, por igualarlo. Por querer ser como él, al menos en algún aspecto.

Pensar que no hace mucho, en las fechas patrias había que ir el mismo día, feriado, al Colegio para celebrar el acto, cantar el himno y comer torta fritas, pastelitos y churros con chocolate caliente. Hoy el himno se babea, escapándose un chiflido a través de los labios con piercing de chicos con media cara tapada por un flequillo, que poco les importa el motivo, lo que vale es que se tiene un día más para sacarse fotos.

Revolución Francesa

No es para menos. La representante de nuestro país, la que lo preside, la imagen ante el mundo, tiene un estilo de vida, de confrontar, de poca vergüenza para con su honor, que nada se asemeja a la imágen de prócer de aquel hombre que más allá de ser militar, había adherido a la Declaración de los Derechos del Hombre y al liberalismo español de Jovellanos y Campomanes.
“Predilecto de la gloria, nació para la guerra. Tenía el numen que improvisa la victoria, la prudencia que la prepara sabiamente. El pueblo hizo de Belgrano un héroe. San Martín hizo del pueblo armado un Ejército. San Martín salvó la Revolución y la condujo triunfante por tres naciones cuya libertad aseguró, huyendo del teatro político sin escuchar los llamamientos de su ambición, gozoso de haber completado la obra mas hermosa que se haya acometido en el Nuevo Mundo con el hierro y con la sangre”.

José Manuel Estrada

«Ahora pensad en San Martín en Lima teniendo que ulti­mar la guerra de la Independencia e impedido de completar su estrategia de pinzas por la política de Rivadavia definida en la zoncera anterior: «Lo que conviene a Buenos Aires es re­plegarse sobre sí misma».
No olvidéis tampoco cómo entre rivadavianos y perua­nos desafectos le han anarquizado el ejército, mientras el Al­mirante Cochrane le subleva la escuadra.
La política americana de San Martín entra en conflicto con la política de achicamiento que paralelamente a la inglesa, tien­de a disgregar el continente y aún el Virreynato del Río de la Plata. Ya no está en condiciones de cumplir su objetivo inte­gralmente americano y busca la ayuda de Bolívar que está en el mismo plano. Así se produce la entrevista de Guayaquil en que los dos libertadores hablan sin testigos.

¿Cuál es la consecuencia lógica de la entrevista?
Que el más fuerte en ese momento asuma el mando y que el más débil —debilitado por la traición a sus fines ame­ricanos— lo ceda, precisamente para no traicionar esos fines. La grandeza de San Martín lo hace adoptar la actitud que correspondía a ella, haciendo lo inverso de los rivadavianos: no comprometer la suerte de América ni siquiera por su propia gloria. Eso es todo.

¿Dónde está, pues, «el misterio de Guayaquil», la zoncera constantemente reiterada? El único misterio es éste, que se haya hecho un misterio de un hecho evidente, enturbiando la cuestión con una pequeña e interminable polémica de dimes y diretes cuyo propósito úl­timo es ahondar las diferencias entre americanos, justamente lo que San Martín quiso impedir con su austero silencio. He ahí como hay otra traición a San Martín, es decir a su causa americana, en esto de repicar con el «misterio». Distraer la atención del conocimiento de las traiciones antiamericanas de Rivadavia y los suyos que son las que obli­garon a San Martín a retirarse. Pero la entrevista de Guayaquil significó la pérdida defi­nitiva del Alto Perú. ¿Porque lo quiso Bolívar? ¡No!; porque lo quisieron los rivadavianos en su política de achicamiento civilizador.
Arturo Martín Jauretche

No se pueden esperar grandes frases de quien no puede explicar con palabras de dónde viene, como llego ni a quién reprenta.

«Si dóciles a la experiencia de diez años de conflictos no dais a vuestros deseos una dirección más prudente, temo que cansados de la anarquía suspiréis al fin por la opresión y recibáis el yugo del primer aventurero feliz que se presente, quien lejos de fijar vuestros destinos, no hará más que prolongar vuestra incertidumbre.»

“Para defender la libertad y sus derechos se necesitan ciudadanos, no de café, sino de instrucción, de elevación de almas”.

General José de San Martín

Espero que en algún momento, se ponga a pensar en cómo hacer para conseguir algo de humildad, largar las carteritas y buscar la elevación de su alma. Yo conozco una buena forma, aunque no muy filosófica.

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Si tenés algo para decir, avanti

(Sí, se leen y se contestan since 2008)

8 respuestas

  1. La frase que transcribiste de San Martín, sobre todo la parte que dice: «recibiráis el yugo del primer aventurero feliz que se presente, quien lejos de fijar vuestros destinos, no hará más que prolongar vuestra incertidumbre» es sumamente propicia. Una joyita.

    En cuanto a la deliberada omisión de festejos patrios, creo que se trata de una política deliberada de desnacionalización, de destrucción del orgullo de ser argentinos, de olvido de nuestras raíces y nuestros ancestros.
    Después hablan de memoria…

    Saludos

  2. Buenos Días Relato!

    Bueh! Yo también venía para contar que en Mendoza no se realizaron las festividades habituales (al menos ninguna importante, como corresponde)

    Y créame, las extraño. Fueron inolvidables aquellos días de colegio secundario, actos, pies fríos y narices heladas, y un tremendo honor llevar la bandera del colegio en un día semejante.

    ¿Quedaron para la historia?

  3. Hola Relato, visito este blog hace varios días. Llegué a través del link de Stella, quien tuvo que soportar algunas preguntas mías.

    Es obvio que me gustaron los post y por eso sigo pasando.
    Te cuento que en mi pueblo la Plaza lleva el nombre del General y además hay un significativo monumento que lo representa. Todavía se respeta cada año esta fecha con actos especiales, tal vez por ser un lugar chico, pero es verdad que a nivel nacional y general brilló la ausencia de menciones hacia la fecha…

    Felicitaciones por el blog!!!
    Ah puedo «robar» con aviso alguna frase para mi blog?
    Gracias por anticipado!

  4. En la Plaza San Martín de la Ciudad de Mendoza, ni una ofrenda floral en la estatua del General.

    Tuvo más prensa el partido San Lorenzo – Godoy Cruz que el acto en honor a San Martín, el cual dudo, se haya celebrado.

  5. El vergonzoso trato al Gral. San Martín viene desde lejos, cuando siquiera lo dejaron descender del barco a su vuelta del Perú, bajo riesgo de encarcelarlo por traidor.De allí emprende su exilio final.
    Creo que tu frase «nos queda grande» es tan exacta y gráfica que nos entristece.
    Igualmente, hay culpables con nombre y apellido y son los que tienen la responsabilidad cívica delegada por el pueblo de mantener los valores sanmartinianos, más allá del argentino común.
    Un gran saludo.

  6. «Los pueblos que olvidan sus tradiciones, pierden la conciencia de sus destinos
    y aquellos que se apoyan sobre tumbas gloriosas, son los que mejor preparan el porvenir»

    Don Nicolás y Ud. lo resumen clarísimo.
    Un saludo

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