Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Una Cuestión de Códigos

A esta altura del partido, creo que el temita de Sergio Schoklender merece un análisis que tramite por dos vías distintas: una relacionada a su enriquecimiento desmesurado aparentemente sin justificación alguna, y otra que tenga que ver con su rol de chivo expiatorio. Judicialmente, poco y nada sabemos, dado que el secreto de sumario ni pinta que vaya a levantarse en los próximos días. Los únicos datos que tenemos a esta altura, son todos los que tira el mayor de Schoklender ante cada micrófono que le pongan, sin fijarse si está prendido o no. Es obvio que nadie puede forrarse en dólares en tan poco tiempo laburando para una fundación sin fines de lucro, pero cualquier afirmación que hagamos del cómo hizo, queda sólo en suspicacia hasta más adelante. Al mismo tiempo, tenemos las defensas magistrales que efectúa Hebe de Bonafini, que en vez de defenderse o llamarse a silencio, dispara mierda para los cuatro puntos cardinales cada vez que puede. 

Por otro lado, está la cuestión extrajudicial y que es, convengamos, la más divertida. El ministro de Planificación, que a esta altura debe considerar que los accidentes ferroviarios son una buena forma de disminuír el flujo de pasajeros para que la gente viaje más cómoda, no tuvo mejor mecanismo de defensa sobre la declaración de Schoklender en la Cámara de Diputados, que afirmar que los legisladores se están entrometiendo en las funciones del Poder Judicial, como si además de horrorizarse por ver un caso de corrupción por primera vez en sus vidas, no tuvieran facultades de crear una comisión investigativa cuando un sujeto dice contar con elementos que prueban el desvío de fondos públicos para fines distintos a los que deberían ser destinados. Es lo mismo que pichicho Bossio defendiendo en una exposición la rentabilidad de los fondos jubilatorios desde que los administra el Estado, cuando hace tres semanas dijo que no había plata para pagar los juicios de los viejos que están más cerca del arpa que de la ventanilla del banco. Mientras critica otros sistemas financieros que jugaron con las jubilaciones igual que él, debería ser un poquito más prudente y no decir nada. 
Para pasar en limpio, un tipo es denunciado por quedarse con plata que le giró el Ejecutivo Nacional, cuando tendría que haber sido controlado por los mismos que le dieron la tarasca. Al mismo tiempo, todos los que se vieron «perjudicados» por el accionar del denunciado, en el último mes presentaron declaraciones juradas más irregulares que la habilitación de un telo en el parque República de los Niños. La víctima de la guita que se quedó -o no- Schoklender, no es Julio de Vido, ni Hebe, sino las mismas personas que son víctimas de la que se llevan en negro el resto: nosotros, tristes pelotudos que pagamos obligadamente muchos de nuestros impuestos, mientras intentamos zafar de otros. 
Es por eso que, al ver como se comportan entre ellos, es normal que uno se ponga nervioso. Si entre compañeros de la Sociedad Amigos de la Ajena se tratan así, qué nos queda al resto. Si no tienen códigos entre ellos, a nosotros que ni nos conocen, nos parten al medio. En un país en el que el Diego puede seguir tirando mierda respecto de los manejos que hizo -o no- Batista con los jugadores que llevaba a la selección -como si Garcé se hubiera merecido viajar al mundial- y en el que Ricardo Fort acusa a un conductor de primera línea de tener el culo roto, es lógico que pensemos que todo puede pasar. Y es así, no más. Ya no quedan códigos, una ley básica no escrita, elemental para la convivencia en sociedad.
Los códigos hoy son denostados como una normativa mafiosa y nada más lejos de la realidad. Tener códigos es distinto a ser cómplice, es no acusar al otro de lo que uno mismo hizo o podría hacer, y es por eso que para tener códigos, hay que tener personalidad y saberse resistente a las tentaciones. Los códigos son la forma de testear el respeto por los valores de un grupo de pertenencia. En los narcos será el código de no mejicanearse la recaudación, en las modelos no cagarse a codazos en la pasarela, en  no usar adrede el mismo vestido en una fiesta, es no mandar al frente al que tomó de más en una cena laboral. Tener códigos es no cagarle la mina a un amigo, no serrucharle el piso a un compañero de trabajo, no hacer hincha de Boca al hijo de un pariente de River. Tener códigos es, en definitiva, un preconcepto básico para la convivencia bajo la cultura occidental judeocristiana que nos rige: no hacer al otro lo que no quisiéramos que nos hagan a nosotros. Y esto, queridos lectores, aplica para puertas para adentro en todos los niveles de la sociedad, incluso los marginales. 
Esto va más allá del bien o del mal, dado que en todos los ámbitos, no existe persona más despreciable que aquella que carece de código alguno. No se trata del que no denuncia al que se está macheteando, sino del que no se hace cargo de romper un vidrio de un pelotazo, aunque vea que a su amigo lo están fajando. Cuando los que junan la jerga tumbera hablan de «ausencia de códigos» se refieren a que, remotamente en el tiempo, el ladrón mantenía ciertos límites: no robaba laburantes, no choreaba violentamente a mujeres -ni que hablar de embarazadas- y no robaba alianzas ni símbolos religiosos, porque se consideraba un cristiano que se alejó de la senda del Señor, pero cristiano al fin. Hoy, el único vestigio de código que conservan los marginales, es la costumbre de usar de mucama multiservicio al violador de turno, aunque a esta altura, lo hacen más por gusto solapado que por folklore.
En toda asociación delictiva, se dedique esta al rubro de las estafas o al oficio de salir de caño, tienen un reglamento interno oral, preconcebido, que establece cierta clase de códigos y lo hacen saber cada vez que alguno aparece en un zanjón, con tomas de aire en la cabeza, como una señal al resto de sus compañeros sobre lo que puede pasar si mandan al frente a un colega. No es que no le perdonen que sea buchón a secas, sino que resulta de la impotencia de saber que podrían haber hecho lo mismo con él y no lo hicieron.
Con esto no intento una apología del encubrimiento, ni ganas de estar cerca tengo. Va más allá de la relación del subgrupo con el resto de la sociedad, en los cuales aplica la justicia y el poder del Estado, los códigos son para con los pares de un grupo, lo que pasa afuera, se mide con otra vara y es necesario que así sea. Hablo de un algo más básico, sencillo y tan común que la mera infracción, nos saca de las casillas. Estos casos se pueden dar, también, cuando usted ve que un compañero llega tarde a la oficina todos los días de la semana y después le dice al gerente que, precisamente usted, llegó cinco minutos después de hora, a pesar de viajar en el Sarmiento un martes 13 a la madrugada. ¿Hay ilícito? No, en ningún lado está escrito que fulanito tiene prohibido ser tan, pero tan alcahuete y garca. Sin embargo, un instinto de supervivencia le hará sentir a usted, eventual víctima de la pelotudez y el resentimiento ajeno, unas ganas irrefrenables de vengarse. Y es un sentimiento natural -no lo haga, por favor- dado que usted no haría lo mismo. Usted no le dice a su señora que debería considerar pedir plata en concepto de sponsor a la panadería, primero porque tiene noción del peligro, y segundo porque no le gustaría que le respondiera que para colocar publicidad ya tiene su pelada. Eso, es un código.
A mi, lo que sucede con Schoklender, me interesa desde el punto de vista legal, dado que estaría chocho si, en caso de comprobarse que realmente se la l
levó toda, pague por ello. Sin embargo, al ver el circo que se ha montado al rededor del tema, temo empezar a sentir empatía desde la bronca y no quiero, me niego a ello. Y es que para la justicia callejera, esa que nos rige en el día a día en los hechos que la ley escrita no legisla, no hay peor traidor que aquel que no tiene códigos. Y en este caso, son todos.

Viernes. El último argentino con códigos es el Coco Basile, qué lo tiró…
Votar en los Premios Bitacoras.com

Si querés que te avise cuando hay un texto nuevo, dejá tu correo.

Si tenés algo para decir, avanti

(Sí, se leen y se contestan since 2008)

31 respuestas

  1. Schoklender sale ahora a hablar para presionar porque necesita arreglar antes de las elecciones, sino sabe que va a ir preso. Sentido común.

  2. Con el caso de Candela los otros días escuché el reportaje a un capo narco de la zona. Indignado el hombre comentaba que en la cárcel todos estaban mal con el asesinato de la chica «porque con los chicos no se jode».

    Parecía un predicador. Asombroso que semejante hijo de puta, que no dudaría en limpiar al que sea para defender el negocio, que vende paco a menores y les caga la vida, que delinque, mata y emputece a la sociedad nos venga a hablar de moral.

    Será eso un código?

    Le robo a mi jefe pero no a mi compañero de trabajo, le meto los cuernos a mi jermu pero no me meto con la jermu de mi amigo…

    Un código así suena como la última barrera antes de saltar el límite para hundirse definitivamente en la mierda.

    Podrán decirnos las gallinas – esos que se manejan con los códigos – que saben volar. Pero todos sabemos que existen los cóndores, los que vuelan en serio. Todos hemos tenido alguno en nuestras vidas. Gente ejemplar, decente y coherente que nos han marcado con su luz y ejemplo.

    Pobres gallinas, en su mediocridad sólo volaron unos centímetros detrás del alambrado pudiendo ser las dueñas del cielo.

    Lo bueno es que podemos elegir qué queremos ser.

  3. Coincido con el último comentario de «Un Opositor»…no entiendo el espíritu del post.

    Debe ser que para mí, si manejas fondos públicos ó tenes una función pública, tenes que manejar un sólo código. La Constitución.

    Hoy no se sabe qué está bien y que cosa está mal…se mezcló todo.

    Seguiré leyendo los comentarios para ver si se me aclara el panorama.

    Fulano.

  4. Ojo…aclaro que no me llamo Sergio.
    Ademas…uds saben que jamas le daria el titulo de General a alguien (Jose Sabado Cangallo) que solo llego a ser coronel por merito propio.

    Resulta ahora que desaparecidos S.A. tenia cuentas en Paris y en USA….que tul? Bonafini muestra la hilacha hace rato…

    De nuevo…ella esta en todo su derecho de hacer lo que se le canta…(hace mejores negocios que los boludos que laburamos). Lo que me calienta es la manga de pelotudos que la defienden gratis.

    Es tal la mafia que ni se pueden ver con Carlotto. Pelean por lo mismo y son como 5 organizaciones distintas.

    Codigos…no existen.

    Somos todos putos (o kirchneristas o cangallistas y hasta radical me hago!!!) lo que no conocemos es nuestro precio.

  5. Peronistas hablando de códigos.
    Como zorros de diversos pelajes hablando de la dignidad de las gallinas.
    El general poronga debe estar orgulloso.

  6. Los códigos en este país son directamente proporcionales a la porción de torta que te estas llevando.

    Al margen, pensé que en los cortos ibas a poner la indirecta de Cristina para que le hagan una película, se me ocurrieron un par de nombres:

    «La coleccionista de impuestos» «La mano que mece la justicia»
    «La gran estafa 125»
    «Cuatro choris y un funeral» «20.000 cuentas de funcionarios amigos»
    «Volver al pasado»
    «El parricida, el ladrón, su mujer y su amante»
    «¿Conoces a Julio Lopez?»
    «¿Y dónde está el ministro de economía?»…

    Muy buen fin de semana.

  7. Adenoz: tu aclaración me convence que el premio es impresentable. Por más Unesco que esté en el medio.
    Todo sea para consolarla que no le dieron el Nobel de la Paz….

  8. Relato:

    Releí un par de veces el texto. No coincido, y no se bien si es de fondo, un problema lingüistico, o generacional. Eso lo dictaminarás vos.

    El Código es inevitablemente complicidad. Porque se plantea respetar los códigos aun cuando quien los viole esté violando una normativa superior.

    Palabras como «gato» , «buche» u «ortiba» salieron del lenguaje carcelario para instalarse en el común de la gente.

    Estoy seguro que tomás 10 tipos de clase media , de media educación y le pedis una definición de esos términos, y la mayoría te la va a dar. Pero si le pedis que te defina «ética» , solo un par van a balbucear algo. De ahí para abajo, imaginate.

    Si existiera un culto a la ética, probablemente Shocklender no hubiera estado nunca en las Madres. Si hubiera estado hubiera sido descubierto antes.

    Si hubiera ética en la Justicia, seguramente el Juez interviniente podría hacerse cargo del tema.

    Si hubiera ética las comisiones de diputados estarían investigando el tema en silencio, y sin la presencia del presunto delincuente como primer animador.

    El problema -justamente- es que esta es una sociedad de «códigos».

    Una sociedad compuesta de tipos que son felices cuando su equipo hace un gol con la mano y en off side. Una sociedad que después grita cuando le hacen un gol con la mano y en off side.

    Una sociedad que no para en los semáforos o barreras, que avanza por la banquina, que tira finitos en la autopista a 180km por hora, pero que despues se «horroriza» con lo de Flores.

    Una sociedad que en definitiva es la que después nutre a la política de sus dirigentes.

    Los códigos dejeselos a la masonería. Los demás emepecemos a hacer lo que está permitido,lo que sabemos hacer. Y si parecemos pelotudos por eso seamosló, mientras crecemos en número.

    Abrazo

  9. Adenoz: Tus primeros dos comentarios son brillantes.
    (Salvo la estupidez que faltan x cantidad de dias).

    El unico Codigo que tenemos que respetar es el Codigo Civil. Punto.

    Pasa que como bien dice Adenoz…a veces una pequena recompensa hace que miremos para otro lado.
    Ya lo dije….por 2 o 3 luquitas mensuales me hago kirchnerista y me pongo espaldas con espaldas a defender el modelo.
    Es mas…por 2 o 3 luquitas me hago peronista y hasta lo voto a Scioli.

    Lamento no tener el poder de Relato, que puede expresar claramente sus ideas.
    Pero es lo que vengo diciendo…el 50% no es kirchneirsta…son los que estan mirando para otro lado a cambio de un pequeno beneficio

  10. Querido RDP:
    Me gustan mucho los refranes, me parecen mucha sabiduría en pocas palabras.
    «El pescado se pudre por la cabeza».
    Si los de arriba no tienen códigos y se pisan la cabeza entre ellos, ¿por qué va a tenerlos el chorro, el compañero de laburo, el carnicero de la esquina?
    Si estos hijitos de perra se nos ríen en la cara y en vez de ser castigados reciben palmaditas en la espalda aprobando su mala conducta, ¿qué ejemplo tenemos nosotros, los don nadie?
    No sé como se arregla esto.
    En cambio sé como va a terminar Schoklender: en nada o con un tiro en la cabeza.
    La inseguridad, que es una sensación, ¿viste?

  11. Las reflexiones de Adenoz sobre la ausencia o no de códigos marcan como los K siguen manejando culturalmente al país: negando la realidad y taladrandote con ideas, que algunos desesperados por que sean ciertas, compran. Si Adenoz, existían códigos antes, es verdad que cuando te choreaban no necesariamente te mataban, que a los viejos que asaltaban realmente era por desesperación pero nunca los cagaban a trompadas. Por ejemplo. por más que vos digas en 600 comentarios que eso no era así, todos los que tenemos algunos años sabemos que es mentira, como son mentiras (o verdades a medias, que es lo mismo) muchísimas de las cuestiones respecto de las cuales desde el poder K se baja línea y repiten los idiotas útiles como vos.
    Dagny

  12. para poder convivir en una sociedad cualquiera existen leyes, derechos y obligaciones, a grosso modo donde empieza el tuyo termina el mío, y así funcionan, desde un club a un país.
    El «poder» de turno, desde una Comisión Directiva, Directorio a un Gobierno es el encargado de hacer cumplir esas leyes.
    De su cumplimiento, la interpretación, filosofía y estilo y valores dependerá el resultado y mucho de como les vaya como asociación, empresa, club o país.
    Códigos? no son leyes, son más ligados a ciertos valores morales…no están escritos…y los Argentinos fuimos tirando de la manga del no pasada nada…tanto que ya la percepción generalizada es que nadie cumple la ley y no hay poder que la pueda hacer cumplirla, que esperar de ese paso atrás en la convivencia social, lo menos es que se pierdan los códigos y seamos cada vez menos respetuosos y más egoistas, salvese quien pueda y como pueda, todo vale…esa es la moral y somos todos igual de culpables más alla de cuando empezo o quien lo hizo.

    Gracias Relato!! muy bueno como siempre

    PD Trate de votar en Bitacoras, me inscribí pero no encuentro donde poner el voto, hice busqueda por relatodelpresente.com pero no me sale nada.

  13. Anteriores ganadores del Premio Felix Houphouet-Boigny: Nelson Mandela, Frederik W. De Klerk, Yitzhak Rabin, Shimon Peres y Yasser Arafat.

    «El premio Houphouet-Boigny, que recibieron ayer junto a la presidenta Cristina Kirchner, es otorgado anualmente por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. El premio se creó en 1989 tras una sesión de la Unesco, con apoyo de 120 países. Se le otorgó el nombre simbólico de Félix Houphouët-Boigny por el compromiso del ex presidente marfileño (1960-1993) con la paz y el diálogo entre diferentes culturas y civilizaciones». Fuente: La Nación, 14/9/11.

  14. OHHH… ahora resulta que el enemigo es el Schoky, ya no son tan enemigos ni Clarín ni la Nación ni la «corpo» de algunos pocos diarios (se olvidaron de cuantos medios oficialistas hay ? otra que corpo).
    Sigo… decia que justamente el Schoky va a la «corpo» desestabilizadora del gobierno para hacer sus declaraciones y explicar como se nos esta afanando en vivo y en directo.
    Porque no le da lugar alguno de los medios oficialistas?…(sera por los codigos ?)
    Ayer era bueno hoy es una mierda . en realidad el tipo junto con «mama Baker» Bostachorro armo una asociación ilícita mas para robar al pueblo que paga impuestos … mal que les pese a los lenguaraces genuflexos del kirchnerato esa es la realidad.
    No me hablen de codigos, son todos profesores de cachiporra y guante blanco y deben terminar en cana… terribles ladrones HDP todos… ladrones mal.
    Pero no se como funcionaran los «códigos» del Juez que tiene la causa… la causa de todos nuestros males tiene… otro reverendo.
    ya me calente.. chau

    PD… cuando se le cae una vieja de los DDHH , salen a buscar un premio pedorro para salvar algo de la embarcación..

    PD II –

    La Unesco, presidida por la militante comunista búlgara Irina Bokova, le otorgo a Estela de Carlotto un premio -tan luego al fomento de la paz- que lleva el nombre de Felix Houphouet-Boigny.
    Confesando mi ignorancia, me puse a investigar quién había sido el personaje que daba el nombre al galardón, y me encontré con la sorpresa de que se trata del ex dictador de Costa de Marfil, que gobernó con mano de hierro a ese pueblo africano hambriento entre 1960 y 1993. Es decir, 33 años, a lo que debemos agregar que en 1993 no se retiró ni renunció. Simplemente, falleció.
    De allí que el nombre de la distinción, que encierra además una importante remuneración económica, es una incógnita absoluta, que queda librada a la imaginacion.

  15. Debe ser por lo nublado del día. Pero hay días que «dan ganas de balearse en un rincón»

    Los tipos que más hablan de códigos son justamente quienes menos lo tienen. Y esta brigada tiene de abanderado a Maradona. Un sorete que queda atrancado en el inodoro por su tamaño.

    Y otro sorete es Hebe. No esperen de mi que hable en contra de los DDHH, o de las madres. No estoy a la derecha del dial, pero me rompe soberanamente las pelotas que se venere a la Doña Rosa del mal. A una vieja imbécil que nacio para barrer veredas, y hoy la va de cuadrazo político, cuando no puede hablar dos palabras juntas.

    Tuvo los huevos de salir a pedir por sus hijos? Si. Y eso fue lo único bueno que hizo en su vida.

    A partir de ahi empezó barranca abajo y no termina más.

    Y el oficialismo es como un canceroso que ignora el tumor por temor a la quimio…

  16. En el Padrino I y II, se mostraba a los mafiosos casi como héroes, con su conducta espartana y un dejo romántico.
    Pero es Scorsese el que expone la verdad verdadera en «Buenos muchachos»: cobardes, buchones, ladrones entre ellos, misóginos, racistas y psicópatas.

    A 37 días de la victoria final, alguien puede decir en que momento de la historia, de la vida hubo «códigos»?

  17. Y uds creen que esto le hace mella al gobierno? Ni en pedo! si no fijensé en el caso Jaime, todo el mundo creyó que iba a renunciar medio gabinete, pero ni ahi! Ahora lo tienen al Jaime haciendo campaña para Cristina… Y no te extrañe que despues de octubre forme parte nuevamente del gobierno..

    Ya lo dijo Sarmiento: »NOBLE PUEBLO BRUTO»

  18. Los códigos desaparecieron hace rato en todos niveles sociales de la Argentina. Pero yendo al caso de estos ilustres, creo que la falta de códigos se debe a la desesperación por despegarse unos de otros. Ellos saben que si quedan pegados deben desaparecer del círculo mágico y se quedan afuera de la joda.
    Si se despegan y no los salpica demasiado el caso, van a seguir de fiesta robando poco menos de 700 millones de pesos (y eso seguramente es un vuelto).
    Excelente relato amigo relato, hasta el lunes!

  19. Huu, yo le hice a un amigo de river, su hijo de BOca, hasta el dia de hoy me sigue puteando, jajaja! (o agradeciendo, bah).

    Y con respecto al tema Shocky, van a terminar transando y va a quedar en la nada, como el caso del carlos.

    Al respecto, no va a escribir nada?

    Buen fin de semana, amigo.

  20. Si vivimos intentando zafar de las normas escritas (ley), el cumplimiento de códigos registrados en el agua es una entelequia.
    El chorito no tiene, para conducirse en la vida, un «Manual de comportamiento marginal acorde a ciertos parámetros de convivencia». Actúa instintivamente y regido por la supervivencia. A lo sumo, por ejemplo, si se entera que un vecino tiene guardada en su casita la guita de la venta de un ciclomotor, le pasará el dato a un conocido de otro barrio para que escruche a la víctima, reclamando luego su correspondiente cometa.
    Y, por supuesto, en el caso de «perder» en un ilícito, no dudará en dar el nombre de cualquiera para aminorar la pena. Incluso la cana tendría que pegarle para que deje de hablar.
    Y siempre fue así.
    Pero no estamos exentos.
    Si la mina de un amigo nos da una bola tremenda, reflexionaremos sobre las consecuencias de la ruptura de las reglas de compañerismo a lo sumo unos 5 segundos. Y después le damos pa’ que tenga a la descocada, en la seguridad de que nuestro cumpa haría lo mismo en similar situación.
    Si competimos con López por ser elegido para la jefatura de la sección «Destinación de materiales que antes servían pero ahora no hacen falta» y nos enteramos de una agachada de López y, viendo que el tipo nos está sacando ventaja, bueno… Ahí los quiero ver.
    Engañar a la esposa es no tener códigos.
    Quedarse con un vuelto, lo mismo.
    Adelantarse o ser beneficiado por el que dirige la cola, también.
    No jodan.
    Y, sobre todo, desconfíen del que declama a viva voz: «Yo tengo códigos».

  21. Falta de códigos, acción-reacción, delincuencia-impunidad, whatever, pero estos tipos me tienen harto.
    Escuchar a las «víctimas» de Choklender, cuando en realidad, como bien dice Relato, las víctimas somos los que laburamos y pagamos impuestos y no los que se llevan la nuestra, es indignante.
    Pero pedir justicia en este país, es como esperar que llueva en la Luna.
    En fin, es viernes y todos quisiéramos estar como el Coco en la foto.
    Buen finde, Relato.

  22. RDP adhiero a lo de los códigos.

    Ver a Camaño, si Camaño sobreactuar desde la ética es en principio impresentable. Ella y los otros caranchean a ver si pueden joder a CFK, lo que van a lograr es que CFK llegue al 60% el pueblo ya eligió y no quiere mas criticas destructivas, que se haga justicia si pero que no tomen de boludos a todos haciendose los republicanos indignados cuando lo único que quieren es utilizar el tema electoralmente.

  23. Fabe:

    En ningún momento pretendo justificar la falta de códigos en ámbitos criminales y también soy consciente de que arriba no tiene códigos con nosotros. Es más, planteo que si no tienen códigos entre ellos, qué nos queda para con nosotros.

    Asimismo, para con nosotros, no tienen por qué tener códigos, no integran nuestro entorno social, al menos no por ahora. Lo que hagan mal con nosotros, es algo que está legislado y en lo que las leyes de la jungla no pueden hacer nada.

    Lo que planteo -o al menos eso intenté- es que por una cuestión de decoro, deberían callarse. Y por una cuestión de códigos, si abren la boca, que no sea para mandar al muere al que hizo lo mismo que ellos.

  24. mmmm… no creo poder estar de acuerdo con usted en ésta, don Relato. La falta de códigos en los ámbitos criminales es una extensión de estado de descomposición normativa en el que vivimos. Hace rato que no tienen códigos hacia el resto de la población y no era necesario la aparición de Shoklender para darse cuenta.

Recientes