Daño Moral

Porque acá cualquiera se compara con quien se le canta con tal de martirizarse por un lado y obtener un rédito por el otro. Cristina volvió a ponerse a la altura de Dorrego diciendo que a él lo fusilaron por ponerle precio al pan y a la carne. A nadie le importó. Ni la audiencia compuesta por gente a la que ella misma le dijo en la cara «pobres», ni mucho menos a la manga de zánganos que la acompañaban. El Coronel Manuel Dorrego, quien nunca quiso el rango de General porque decía que había que ganárselo en el campo de batalla, fue dos veces Gobernador de la Provincia de Buenos Aires y lo fusilaron por internas del ejército, por cuestiones políticas, por discusiones verdaderas de modelo de país -centralista o federal- por consecuencias del tratado de paz con Brasil y por una escalada de violencia que terminó derivando en un derramamiento de sangre que duró 40 años.

Que este pedazo de masilla cuarteada que tenemos como mandataria venga a compararse con un tipo que fue dos veces Gobernador de la Provincia de Buenos Aires con representación de las Provincias Unidas en el exterior y que fue uno de los mejores oficiales del Ejército del Norte, dicho por el mismísimo Manuel Belgrano, es, cuanto menos, una falta de respeto a quienes leímos algún manual de historia argentina en tercer año del secundario.

De héroe de la Independencia y personaje histórico de la organización nacional a panadero de la mano de Cristina.
Por eso quiero demandar al Estado por perjuicios y daño moral. Quiero un resarcimiento que contemple el haber pagado 5 sueldos al año en concepto de impuestos para que nunca vuelvan, que incluyan todos los peajes que pago injusta e inconstitucionalmente para circular por las rutas de mi país y que también me cubra todas las veces que tuve que reparar el tren delantero del auto por el estado del asfalto. Quiero que me reintegren todo el dinero que se me fue en medicina privada por culpa de las Obras Sociales vaciadas, con la complicidad del gobernante de turno, y los hospitales públicos destruídos. Solicito que me devuelvan con intereses toda la tarasca que gasté en educación privada porque las escuelas públicas son una mierda y las pocas que estan en condiciones son para una elite.

¿Cuánto valen tus principios?

Pero también quiero un resarcimiento moral. Quiero que me paguen con dinero lo que no pudieron hacer con hechos. Quiero que me paguen por hacerme un apátrida por no entenderlos, por hacerme sentir culpable de la miseria que me rodea. Quiero dinero para olvidarme de que también me acusan de haber sido cómplice de Gobiernos Militares, de procesos hiperinflacionarios, de medidas neoliberales y de represiones brutales. Páguenme por creer que el Pueblo Gobierna a través de sus representantes.

Ayer también dijo que los pobres le dan inyecciones de fuerza. También inyectan sus ahorros. A los muchachos de Telam hay que pedirles que aflojen con el Photoshop, en cualquier momento le borran la boca.

Por hacerme sentir una lacra en cualquier rincón del mundo que pise, quiero que me paguen. Por haber creído en liberales que resultaron ser conservadores, justicialistas que devinieron en capitalistas, defensores de los derechos humanos que lucran con los mismos, zurdos que comercian como el peor de los inescrupulosos, intelectuales que atentan contra el sentido común de la gente. Quiero mi resarcimiento por la justicia que es ciega sólo para ver la realidad.

Quiero mi dinero por hacerme sentir tan pelotudo y tan culpable de todo, que termino permitiendo que el Estado, a través de la justicia, genere que un grupo de creídos pseudomúsicos narcisistas, incapaces de tocar el feliz cumpleaños en un xilofón de juguete, reclamen 10 millones de pesos en concepto de daño moral por haber sido acusados de estrago doloso. Si ellos pueden reclamar, yo, ciudadano libre que cumple con sus obligaciones y que en la puta vida se le ocurriría prender una estrellita de navidad en el living, también tengo derecho.

Mañana vamos pum para arriba.

Martes. Argentina es ese país en el que con 15 mil abogados nuevos por año, hay trabajo para todos, siempre.

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