Tal vez uno de los factores que menos se han tenido en cuenta en los últimos años al analizar la forma de expresarse por parte del oficialismo y la simpatía -militancia es un término que les excede ampliamente- que expresan los sectores más jóvenes de sus adeptos, es que estos chicos crecieron en el kirchnerismo. Muchachos que ahora ostentan unos 21 años, en el 2.003 contaban con apenas 14. A ellos, es fácil volver a contarles la historia ultrareciente del país, porque a los 14 estaban en otra. El público se renueva.
Por eso es normal que ahora presenciemos nuevamente las mismas burradas que venimos escuchando hace 89 meses. Que la inflación es un efecto indeseable, lógico en un país con crecimiento, pero que tampoco es para tanto; que los jubilados nunca estuvieron mejor que ahora; que la militancia por los Derechos Humanos; que la pesada herencia de la decada neoliberal menemista, y un largo etcétera. Es porque, además de los mismos chicatos de siempre, hay gente nueva que los aplaude como las focas de Mundo Marino cuando les tiran una sardina. Sean pibes, o tipos que siempre se jactaron de ser apolíticos, que todos fueron una mierda, pero que ahora «se sienten identificados».

El sábado, por ejemplo, el Polímero Presidencial se presentó en la ciudad de San Pedro para tratarnos de hijos de puta a todos por haber silenciado la gesta de la Vuelta de Obligado » premeditadamente ocultada desde hace 165 años por la historiografía oficial». Me imagino que, por más que se haga la lectora asidua de Pacho O´Donnel, no debe haber pasado de las solapas, ya que el viejo ha hablado en El Grito Sagrado y en Juan Manuel de Rosas. Supongo que en su vida debe haber ojeado, siquiera, Los Tiempos de Rosas (Lilia Ana Bertoni y Luis Romero) o Historia del País de los Argentinos de Fermín Chávez. Pero está todo bien, ya que estamos en la era de los que no leen libros.
Ni diarios. Por eso puede decir, abiertamente y sin que le caiga una mueca, que «corrían tiempos en los cuales, como en tantos otros tiempos de nuestra historia de estos 200 años, de este Bicentenario, potencias extranjeras querían dividir nuestro país y apoderarse de nuestros recursos» y que nadie se pregunte qué carajo hacía en los pasillos del G20 negociando, nuevamente, con las megaempresas mineras extranjeras.
Es en este contexto, que la caradura puede exhortar abiertamente a los concejales de San Pedro y San Nicolás a que le pongan el nombre de las mujeres que participaron de la Vuelta de Obligado argumentando que existiendo «tantas calles, tantas plazas, tantas avenidas con el nombre de tantos argentinos que no supieron servir a su país, bien merecen estas mujeres el nombre de alguna plaza o de alguna calle», mientras que en Caleta Olivia resolvieron cambiarle el nombre a la mitad de la Avenida Costanera -antiguamente llamada Mártires del Crucero General Belgrano- por el de Néstor Kirchner.
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Por eso, esta mujer de pocos -nulos- escrúpulos, puede abiertamente decirnos que siempre se preguntó por qué en la escuela siempre nos han enseñado con muchísimo detalle cada una de las batallas, cada una de las campañas en las que nos permitieron liberarnos del yugo español y, sin embargo, se ocultó deliberadamente durante dos siglos todas las luchas que se dieron contra otros colonialismos que aún subsisten como, por ejemplo, en nuestras Islas Malvinas; cuando nunca hicieron un acto por la gesta de Malvinas como la gente (en 2.008, por ejemplo, se hizo en un hangar en El Palomar) escondiendo bajo la alfombra todo lo que tenga que ver con la guerra y sus héroes, y ni siquiera fueron considerados para los desfiles por el festejo del Bicentenario.
No es de extrañar, entonces, que los adeptos puedan cambiar tan rápido de punto de vista. Hace un par de semanas, la oposición golpista, quería desestabilizar al gobierno dejándolo sin presupuesto. Cristina en cadena nacional, lagrimitas de acá, pucherito de allá, palos en la rueda, especiales de 678, TVR y Duro de Domar. Hoy, el Gobierno Nacional es tan, pero tan vivo, que planificó una estrategia para que la oposición pise el palito y ellos puedan gobernar por decreto el año que viene. Ayer, la oposición atentaba contra la calidad institucional. Hoy, aplaudimos que se gobierne por decreto. Y no pasaron 5 años. Pasaron días.
Ahora somos todos Kunkel. Escuché que Camaño no respondió a su investidura de Diputada Nacional, que era una negra catinga (excelente argumento manifestado por quienes nos tratan de fachos) y que la oposición es toda violenta. No jodamos. La mina hizo lo que hace años queremos hacer todos: aplicarle un correctivo a Kunkel para que cierre la boca. Esa misma boca de la que salen acusaciones de asesinos, cómplices de la dictadura, vendepatrias y desestabilizadores hacia todo aquel que no se deje sodomizar por el oficialismo, pero de la que nunca sale una sola explicación sobre su participación en hechos subversivos ni de por qué Perón lo invitó a que se saque camiseta del Peronismo y se vaya a buscar algún partido de izquierda en el que sería bienvenido.
Y los pendejos repiten como loros las gansadas que escuchan de los travestis políticos. Hablan de violencia gorila. Ya nadie se acuerda de D´Elía tomando una Comisaría de la Federal, saqueándola y prendiéndola fuego. Nadie tiene en su memoria al mismo delincuente fajando a un tipo ante las cámaras de televisión. Mucho menos escucharon hablar de Guillermo Moreno poniendo una pistola en su escritorio para recibir a los empresarios que iban a «negociar bilateralmente» un acuerdo de precios. Ni que hablar del Guiyote entrando con guantes de box a las reuniones de Papel Prensa. Y, a pesar de haber pasado hace un mes, todos se hacen los boludos por el asesinato de Mariano Ferreyra. La violencia, obviamente, es opositora.
Mientras tanto, en esta patria en la que todo está joya, siguen muriéndose chicos de hambre (hay que agregar 3 más a la lista oficial) y hay trabajadores en huelga de hambre desde hace 11 días. Pero esa es otra realidad, otro relato del que nos quieren convencer.
Martes. El país puede andar sobre ruedas. Lástima los detalles.