Estalló el Verano

El año recién arranca y cuando todo debería estar tranquilo, recordamos varias veces al día que nacimos en Argentina. Si te fuiste de vacaciones a la costa, probablemente te sientas como en casa al toque gracias a los muchachos de la Agrupación Bultos Salvavidas. Ellos, que pertenecen al sector privado, pretenden que la vil patronal les pague desde noviembre, a pesar de que empezaron a laburar en diciembre. 

Hay que sincerarse. Los chilenos tendrán menos culo que los accionistas de Blockbuster, pero los compatriotas argentinos que se rajaron a las playas marplatenses, no se quedan atrás. Si sumamos a la suegra con malla floreada quejándose porque no fueron a la casita de la tía en Mar de Ajó, la cuñada escuchando «Papanamericano» en el celular mientras los sobrinos juegan a contarle las canas al pobre laburante que todavía putea por haber tenido la brillante idea de llevar al perro que le  babea el apoyacabezas y encima se tiene que fumar a la mujer con «los calores»; todos arriba de un Peugeot 504 sin aire acondicionado intentando avanzar en un embotellamiento producto de un piquete generado por personas que se depilan el pecho y usan zunga roja, más de uno quisiera estar debajo de un edificio de 30 pisos de escombros a pasitos de Valparaíso.

Los que nos quedamos mojando las patas en la palangana, nos divertimos bastante viendo el hermoso túnel que se hicieron los boqueteros de Belgrano. Alfombrado, encamisado y con ventilación. Nunca faltan los agoreros de siempre que se quejan de que en este país nunca pasa nada positivo. Ahí tienen, la profesionalización de un sector siempre pujante. El que se queda en el menudeo y el pungueo de baratijas, es porque no quiere progresar. Siempre se puede evolucionar, y estos laburantes amigos de lo ajeno lo han demostrado, a pesar de los palos en la rueda de los mismos desestabilizadores de siempre, que no conformes con haber saqueado al país, ahora saquean la energía eléctrica también. Así, con probabilidades de quedarse sin luz, le pusieron onda y concluyeron el laburo como corresponde.

Nuestra solidaridad para Floppy Randazzo, que luego de saludar al
último campeón de cuatriciclos del Dakar, fue mirado raro
porque no arrancó la maquina por dos horas.
Al igual que De Vido, que no tuvo problemas en casarse a la luz de las velas, dándole un toque de romanticismo único. ¿Quién iba a decir que, tras esos bigotes de pornostar jubilado, se escondía un ser sensible y detallista en las artes del amor? Pero don Julio no dejó su deber patriota y salió a hacer lo que todo hombre de bien argentino haría ante una situación que se le fue de las manos por inoperancia: le echó la culpa al otro. 

Nosotros, ya repuestos de los efectos de comer pionono caliente por falta de electricidad para las heladeras, sacamos nuestras primeras conclusiones y no nos queda otra que agradecer al Gobierno Nacional por haber gastado un fangote de tarasca en un festival por los Derechos Humanos en la Plaza de Mayo, mientras que a pocas cuadras acampaban -acampan y acamparán- los Qom, quienes además son testigos de las protestas del Partido Obrero por la muerte de Mariano Ferreyra. Muerto que al Gobierno ya ni le calienta, ya que pasó de enchufárselo a Duhalde a decir que el Partido Obrero es duhaldista. Unos cínicos hijos de puta, si tenemos en cuenta que para el PO, Duhalde es mala palabra. 
Ante tamaño panorama, es lógico que la gente se refugie en la televisión, para evadirse de la violencia y la falta de límites y reglas. Por eso prende tanto la onda Gran Hermano. Es preferible putear porque una veintena de pendejos incapaces de ganarse 50 mangos honestamente en la calle, no tiene respeto por un reglamento pedorro, antes que darse cuenta que desde hace unos 20 años, cada vez que Graña no sabe qué carajo poner en sus programas, manda a algún novato a filmar los botellazos a la salida de los boliches de Tribulato, en San Miguel. No entiendo cuál es la sorpresa. Le reclaman coherencia y apego a las leyes a un grupo de hedonistas que no tienen otra cosa mejor que hacer que tomar sol y aguantarse las ganas de garchar esperando poder garparse el implante de tetas, un cambio de sexo o cobrar 400 lucas de premio.

Evidentemente, hemos llegado a un punto de defensa propia en el que preferimos indignarnos con un programa de televisión distinto a 678. Es preferible ver un montón de borders diciendo boludeces en una casa con pileta, que ver un montón de borders diciendo boludeces en un estudio de Canal 7. Capaz prende más la onda de ver ojetes frescos a las tres de la tarde en un canal de aire, que ver la lapidación por homofobia propiciada a Jorge Jacobson por decir que le parecía ridículo que un señor que orina de parado, sea considerado la mujer del año.
Martes. Demasiado tarde para ponerte en forma para el verano. Mejor, empezar a acopiar chocolates.

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