Inicio » Relato del presente » Otro año del vamos viendo
A comienzos de 2021 decían que el gobierno de Alberto venía envalentonado. Al menos eso se percibía en los titulares y algunas discusiones de redacción, en las que costaba hacer entender que no había ningún triunfo político en la renegociación de la deuda privada. De hecho, el principal crítico del resultado de esa renegociación fue el propio Banco Central: “Tarde y mal hecho”.
De hecho, en aquel entonces se destacaba que Tincho Guzmán logró que durante 2021 la Argentina no deba pagar a los bonistas mientras intentaba cerrar un trato similar con el Fondo Monetario Internacional en un contexto global que empujaba la cotización de la soja a niveles como no se veían desde hace siete años. En ese escenario, se planteó la incógnita de si podrían remontar o no el escenario de una inflación que se aceleró en los últimos meses de 2020, mientras las tarifas continuaban pisadas, un riesgo país arriba de los 1400 puntos y la gran incógnita de qué se hará para contrarrestar la ampliación de la base monetaria producto de la pandemia. Algunos consultores dijeron “imposible”. Otros auguraron inflación arriba de 50% y se les cagaron de risa.
El 2021 terminó, el riesgo país es aún más alto, las tarifas continúan pisadas, así y todo la inflación no da respiro y la emisión monetaria batió todos los récords con lo que la incógnita de qué iban a hacer para contrarrestar la ampliación monetaria se respondió sola: quinta a fondo hasta que el coche no pueda acelerar más, momento en que te meterá el cambio R de rapidísimo y que sea lo que Dios quiera. Vamos viendo.
Pero todavía eran tiempos de paciencia, por más que Cristina y compañía se enojen con los medios de comunicación. Tanta paciencia existía que el 1º de febrero publiqué aquí un larguísimo listado con violentísimos hechos de violencia institucional amparados en la cuarentena. No era tema relevante, calificaba solo para una página personal, y tan poco eco se hicieron en los medios que al día de hoy siguen sin hablar del tema. Es más, hasta hubo algunos comunicadores que desmintieron que se hayan violado derechos humanos.
Ese mismo mes trascendió que existía un vacunatorio VIP en el ministerio de Salud y Fernández le pidió la renuncia a Ginés García González. En su lugar asumió Carla Vizzotti, que tenía la oficina al lado del ministro pero no vio nada. Alberto se mostró tajante y dejó trascender que “con la vacuna no se jode”.
Mientras el presi mandaba a algunos periodistas a leer la Constitución o al psicólogo –si no lo recuerdan, pasaron ambas cosas– le bajaba el precio a lo sucedido con el vacunatorio VIP al decir que “no existe el delito de saltarse la cola” cuando tenía tanta razón como que sí existe el tráfico de influencias y el abuso de poder. Si no cometió ningún delito ¿para qué rajó a Ginés? Misterios sin resolver del vamos viendo.
En marzo Alberto se sentó al lado de Cristina ante la Asamblea Legislativa y anunció la creación de un tribunal intermedio para “descomprimir” a la Corte Suprema. Al día siguiente, la vicepresidenta de la Nación señaló con el dedo a quienes la juzgaban y los cagó a gritos sin que la lleven a pasear a ningún pabellón. Marcela Losardo, la socia de Alberto, su amiga de la facultad, le clavó la renuncia indeclinable.
Una semana después Alberto mantuvo una reunión con inversores a quienes intentó convencer de que en la Argentina se puede invertir. Veinticuatro horas más tarde ordenó profundizar los controles sobre la cadena de precios mediante la auditoría de los inventarios de las empresas. Obviamente no vino una sola inversión.
Para abril, las preocupaciones del gobierno estaban en sintonía con la ciudadanía: quién será el responsable de presidir el Partido Justicialista Bonaerense, la reforma al Poder Judicial, una comisión de notables para asesorar al presidente sobre un tribunal que limite el poder de la Corte Suprema de Justicia, la modificación del método para elegir al Procurador General… Prioridades del vamos viendo.
En ese contexto, Alberto clavó una serie de nuevas restricciones que incluía suspender nuevamente las clases. Comenzó el ida y vuelta con la ciudad de Buenos Aires, culpable de todos los males desde el inicio que ahora era responsable por permitir que los genocidas de entre 3 y 17 años concurrieran a la escuela.
Un día Albert contradijo a su ministro de Educación y a su ministra de Salud respecto de la presencialidad de las clases y su vínculo con los contagios en pandemia, doce horas después se la agarró con las madres de los chicos y culpó a los niños discapacitados. Luego reconoció que adoptó la decisión de suspender las clases mientras transitaba el aislamiento obligatorio por su cuadro de coronavirus, cuando aprovechó para “estudiar cómo es el movimiento que se genera en la sociedad con la educación presencial”. Tomá, Facultad de Medicina. El premio mayor del vamos viendo.
Ya en mayo, la Corte Suprema resolvió la cuestión de las clases presenciales en la ciudad de Buenos Aires al decir que la Nación no puede pasar por arriba de las jurisdicciones federales. De paso, le recordaron que la emergencia sanitaria no puede ser utilizada para cercenar arbitrariamente derechos fundamentales. Soria, el flamante ministro de Justicia, denunció Golpe Blando.
Para descomprimir, el profe Alberto se fue de gira a Europa donde propuso “nuevas reglas de juego para un nuevo modelo económico global”. Así, literalmente. De hecho, Alberto considera que hay un sistema agotado. Tan agotado que los países del primer mundo ya están pensando cómo recuperar sus vidas mientras nosotros pensamos qué nos matará primero.
Pocas veces vi un nivel de disociación tan grande entre una realidad y una creencia. El Alberto bocón ya estaba en su máxima expresión y en una entrevista para la CNN dijo desconocer cuántas cabezas de ganado hay en la Argentina, pero explicó por qué cerró las exportaciones de lo que desconoce: vamos viendo. Fue desmentido con números. En la misma conversación dijo que Pedro Cahn le acercó un dato sobre el coronavirus y la niñez. Fue desmentido por Pedro Cahn.
Quienes esperaban novedades de las vacunaciones se encontraron con la nueva amenaza resentida: si viajas a vacunarte afuera, podés quedar varado en el exterior. Mientras trascendía la noticia, Alberto organizaba un acto en homenaje de las víctimas del Covid–19. Bajo techo. Con más de cien personas. El protocolo no lo habilitaba, pero a esa altura ya le chupaba todo un huevo. A fin de mes trascenderían los mails de Nicolini rogándole al Tovarich Putin un mínimo de consideración por el segundo componente de la vacuna Sputnik. El gobierno consideró “gravísima” la situación… de que trascienda. Lo gravísimo fue una negociación que nunca debería haber sido de espaldas a la sociedad, pero como siempre, no les molesta ser turros: les molesta que se note.
Ya para entonces, la información de nicho de que Olivos era un Spa gratuito se hizo imposible de ocultar y, primero, trascendió el listado de visitas inexplicables. Luego vino la foto del cumpleaños de Fabiola con Alberto visiblemente asustado por las amenazas recibidas para figurar en la foto. Más tarde apareció el video. Y el profe de Derecho Penal hizo gala de sus conocimientos:
1.–”Por un desliz, por un descuido se organizó una comida en Olivos que no debió haberse organizado”. Un desliz con cátering, tortas, disc jockeys, invitados y mantelería.
2.–”No anduve con vueltas: en menos de 24 horas dije que esto pasó y no debió pasar, lamento que haya ocurrido, tengo mucho pesar por lo sucedido y de ese modo me disculpé ante el pueblo”. Habían pasado 394 días y después 24 horas. 394 días desde que lo hizo y 24 horas desde que lo incendiaron.
3.–”Me muevo como un hombre común, me siento un hombre común y a veces me olvido que soy presidente, sin embargo tengo las convicciones más firmes que nunca”. Imagino al profesor de Teoría del Delito en su próxima clase cuando tenga que explicar conceptos como Acción, Tipicidad y Antijuridicidad. Disculpeme, señor juez, por un desliz, un descuido, organizamos un secuestro extorsivo que no debió haberse organizado. ¿Cómo va a venirme con las leyes y el Código Penal si ya pedí disculpas? No, pasa que me autopercibo un tipo común, un hombre común y me olvido que debo predicar con el ejemplo, así que organicé un secuestro extorsivo, como organizan los tipos comunes, ¿sabe? Pero quiero que sepa que me voy de este tribunal con las convicciones más firmes que nunca.
Adivinen qué pasó con su estrategia de defensa. Sí, se la dio en la pera. Violó la ley que él mismo impuso y suena a chiste, porque es prácticamente lo único que logró imponer desde que es Presidente, pero se enojó muy fuerte. ¿Con quién? Nadie sabe. Vamos viendo, qué se yo.
Luego de perder las PASO, Alberto dijo “algo hicimos mal”. Algo, en singular. El listado era cansador, como la intervención de Vicentín, las tomas de tierras televisadas, la Patagonia usurpada. Y mejor ni hablar de los culpables de las propagaciones del bicho. Un surfer que llega a su casa es un genocida, organizar un velorio masivo a Diego Armando, no.
La Pandemia le vino como anillo al dedo, como a cualquier líder político en problemas. ¿Recuerdan cuántos casos teníamos cuando se decretó el cierre total de actividades? 31 casos. Estamos batiendo todos los récords y subiendo. ¿Hubo vacunas en el medio? Sí, es cierto. ¿Y? ¿Acaso no era la saturación del sistema el disparador de todo? ¿Ahora no importa tanto la vida, sino la economía o qué onda?
Las entrevistas que le tocaron tampoco ayudaron demasiado: o él mandaba a la mierda al entrevistador o no le preguntaban ni por un vaso de agua. Si le hubieran preguntado por las chicas “suicidadas” en las comisarías de San Luis, por el gatillo fácil en Tucumán, por Astudillo Castro y el perrito que prometió y no entregó, si le hubieran preguntado por Formosa, por todo lo que ocurría en Formosa, por la locura que ocurría en Formosa, si le hubieran preguntado por Abigaíl, por Solange, si le hubieran hecho alguna pregunta que no terminara en un “gracias, Señor Presidente”, quizá hoy no habría tanto sorprendido.
Un planteo de reforma judicial ilógico ridiculizado por Cristina Fernández en el Senado, un “comité de notables” que propone algo, Alberto que dice que hará lo que el comité le aconsejó y resulta que no habían aconsejado eso. La liberación de delincuentes a los que podemos llamar delincuentes porque tienen sentencias confirmadas hasta por la Corte Suprema de Júpiter. El psicopateo a los más débiles y cuyas consecuencias veremos vaya a saber uno cuándo. El desastre educativo, la altísima inflación, el cierre de importaciones, el cierre de exportaciones, el crecimiento del desempleo, las fiestas de Alberto… y 117 mil muertos producto de una gestión pedorra de la pandemia más todos los muertos indirectos por culpa de una gestión pedorra de la pandemia. Multipliquen cada muerto por al menos diez deudos y tendrán a millones de personas dañadas, heridas.
Por si fuera poco, cuando parte de la ciudadanía decide llevar a cabo un velorio simbólico, el gobierno nacional termina por secuestrar las piedras colocadas en la Plaza de Mayo sin orden judicial, sin competencia territorial y de madrugada.
Ya que hablamos de familias arruinadas, cerraron 50 mil comercios y dejaron sin ingresos a un sinfín de personas. Los que sobrevivieron están endeudados hasta los órganos. Los centros urbanos se han convertido en un desfile de personas que piden para comer y otros tantos que te matan por lo que tengas puesto.
En las PASO les fue como el ojete, pero el culpable fue Alberto por hacerle caso a Cristina, así que Cristina se enojó con Alberto y le hizo renunciar a todo el gabinete que le responde. Nadie lo hizo de forma indeclinable. Apretadores pero no boludos. Pero cerramos con un chau, chau a Felipe Solá, otro a Sabina Frederich y otro a Bazterra, el ministro de Agroganadería vegano. Cafierín pasó a Cancillería –sin saber con qué países limita el Estado Libre Asociado de Formosa–, Manzur volvió al gobierno nacional y Aníbal Fernández está a cargo de la seguridad del país.
Ya para noviembre el desmadre era total y Alberto se fue a Europa para dar clases de gestión de pandemia, colapso capitalista y acciones ecológicas. Posta. Propuso cambiar acciones ecológicas por deuda. Justo nosotros que tenemos una cloaca a cielo abierto en cada río citadino.
Luego del resultado final de las elecciones, nuevamente denunciaron golpe blando. Es curioso porque no hay nada más ridículo que un golpe blando por mera definición etimológica: es un golpe o no. Luego volverían a utilizar la definición por tercera vez cuando la Corte dijo que el Consejo de la Magistratura de la ley de 2006 es inconstitucional. ¿Cómo te va a parecer golpista?
En fin.
Otro año anárquico, con el sur reconvertido en un far west que no se vivía desde antes de la Conquista del Desierto.
Otro año en el que lo único que debería darme esperanzas es la sociedad argentina. Y sin embargo navego entre antivacunas, fascistas, antifascistas, gente que en todo ve una conspiración y que al mismo tiempo no consigue ver que la están por cagar aunque la hayan sentado abajo de un gallinero. .
Había quienes esperaban un menemismo aggiornado en Alberto. Nos faltó la estabilidad económica, el Poder Presidencial, las fuerzas de seguridad renovadas y entrenadas en el exterior, que Aerolíneas deje de ser un aspiradora soberana de recursos públicos, obras públicas faraónicas y el 1 a 1. Nos quedó la fiesta de Olivos y las compras sobrefacturadas.
Un año de adoctrinamientos escolares filmados para consumo de las masas, un año de “igualdad ante la ley” como concepto similar a Papá Noel y Reyes Magos, otros doce meses de ver boludos que se filman mientras hablan de encanar a un hijo de puta, otro año de boludos que comparan cualquier cosa con la dictadura que “intervino la CGT, prohibió la huelga, la actividad sindical, prescindió de subversivos en el empleo público y determinó salarios máximos con el saldo de endeudamiento, inflación, desocupación y bajos salarios“.
Otra vuelta al sol con personas que dicen que “Cristina advirtió que cuando ella no estuviera buscarían volver a la mano de obra barata”. Que una cosa no tape la otra: el salario minimo de este 2021 solo fue superado en pobreza por el de 2001, 1989 y 1975. No sé si les suenan las fechas. Y tampoco sé cómo decir esto de una forma sutil… luego de Venezuela, el peor salario mínimo de todo el continente es el Argentino. Todavía lo putean a MM por el desastre del salario mínimo en 268. El de hoy no llega a 150 gringas.
Un año más en el que se enojaron con las consultoras que pronosticaron una inflación del 50% cuando tenían razón. Otro año en el que prometen una inflación del 30% sabiendo que será el doble. Un nuevo ciclo en el que lo hacen a propósito para usar el exceso de recaudación por inflación para tapar los agujeros que aparezcan mientras vamos viendo. Mientras, Alberto sueña con que Alemania, Rusia, China, México, Canadá, España, Italia y Francia renuncien a sus cuotas del FMI para ayudarnos. En serio. Pero aún debatimos los 700 palos verdes que se lleva Aerolíneas por año para tener una bandera surcando los cielos, sagrado para terminar con el hambre en la mesa de los argentinos.
Otros 365 días de discursos enojados, 52 semanas de una oposición en la que algunos saben cuáles son las reglas de juego y otros parece que se sumaron a la opo porque el bondi del oficialismo estaba completo. Un año más con una inflación desbocada, con peores índices económicos, con muchísima mayor base monetaria, con peores perspectivas para el año entrante que las que teníamos al inicio. Ah, pero con los sueños de la gente cumplidos con la rere para los intendentes.
Un año más del vamos viendo.
Al menos a Cristina le salieron todas a favor hasta en alguna que otra causa que ni ella sabía que tenía. El único plan que funcionó, con lo cual podemos decir que tuvieron 100% de éxito en la gestión deseada.
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