La internación al borde de la muerte de Néstor Kirchner dejó al descubierto el estado de nuestra política y dirigencia. Hasta yo, particularmente, me cagué en las patas cuando ví la cara de pánico y el mutis por el foro del arco opositor. Una muestra más de que no tenemos ningún grumete que tome el timón en plena tormenta cuando el Capitán no da para más. Los rostros de cagasus tremens no eran solo en el oficialismo, donde aún lo necesitan para que termine de negociar el pase libre para zafar de los barrotes luego de 2011. No es para menos. Si para defender el modelo públicamente van a seguir utilizando a Kunkel -Pronista del Peronismo Antiperonista- o a la borracha de Diana Conti, están al horno.
Militantes de la resitencia contra el gorilaje de Palermo desean una pronta mejoría a Néstor.
Lo triste de este asunto es qué nos queda. Ante la pregunta de qué tenemos para el 2011, la única respuesta son dudas y nebulosas, ni siquiera promesas. Cobos demostró que su única imagen positiva es tirarse pedos en la cara de la Presidenta. Y después de que volvió a desempatar según sus convicciones. A nadie le importan las convicciones ni que Prat Gay haya votado en idéntico sentido que Cobos. Lo único que importa es que Cleto dijo algo que a Presidencia la convenía. La UCR en contra. A no ser que salga a putear al Gobierno junto a Jacobo Winograd en el programa de Rial, no levanta más.
Carrió ya sabe que nosotros sabemos que ella sabe que no llega a ningún lado. La queremos y la bancamos como opositora de la vida, pero a una persona que se va de cada uno de los partidos y coaliciones que ella misma crea, no le damos la administración ni de la kermese del colegio para juntar fondo para el viaje de egresados por temor a terminar todos en cana con ella denunciándonos por zarparnos con el precio de la pasta frola.
Ernesto Sanz tiene que intentar que la gente recuerde quién es y le preste atención por lo que hace. Alfonsín Jr tiene que intentar que el electorado piense que es una clonación de Raúl pero con mejoras en el código genético en el sector «pragmatismo y no represión», de sus acciones es fácil no recordar ninguna.
En cuanto a Mauricio, ya le pegan hasta cuando queda internado el (¿ex?) Presidente. Según trascendió, no fue intervenido en el Hospital Argerich porque el mismo no tiene insumos ni condiciones sanitarias adecuadas. Yo creo que en realidad el cagazo era tan grande que no dejaba su salud en manos de la administración pública ni aunque le prometieran una ganancia monetaria en el medio. Pero Mauricio se lo va ganando de a poco. Una Policía que no es Policía y que labura de 8 de la mañana a 12 de la noche, sólo en un barrio y que sale de gira por otros barrios y publicita el recorrido semanal -horarios incluídos- en todos los medios. Les juro que no es joda. Un plan de «decoración» del espacio público que elimina los cordones de las esquinas más transitadas de la Ciudad de Buenos Aires y que provoca que más de un auto termine estrolado contra las heladeras de los kioscos. Playas con vista al río en el que no se puede descender. Veredas por las que no se puede caminar. Baches provocados por obras que nunca vuelven a reparar. Sobrefacturaciones hasta en la compra de sacapuntas. Sueldos obsenos de los funcionarios y contratos pornográficos de empleados de cuarta en comparación a los empleados de planta que hacen idénticas funciones. Todo esto suma como para que se coma un par de puteadas.
En la TV Pública sostienen que nada tiene que ver con los aumentos en la carne y la importación de vacas el hecho de que quieran enchufarnos recetas con pollo y cerdo en todos los programas.
Ahora, que Estela de Carlotto venga a indignarse porque Mauricio Macri vetó un subsidio de 240 mil pesos para las Abuelas de Plaza de Mayo destinado a la búsqueda de personas apropiadas en tiempos de la dictadura es, cuanto menos, gracioso. Las argumentaciones de que la Ciudad de Buenos Aires no tiene por qué pagar la por delitos cometido por el Estado Nacional, para la Señora configuran un «error ideológico». Las palabras que utilizó la Señora es una muestra más de que todos estamos equivocados. Que un Estado que ni siquiera existía como tal en la época de Videla & Cia. -la Ciudad de Buenos Aires es autónoma desde 1994- se vea obligado a pagar de sus fondos cosas que debería solventar el Estado Nacional, es un error de concepción de derecho administrativo, no un «acierto ideológico».
Pero esa es la realidad de la Argentina desde que los que defienden las ideologías de quienes fueron expulsados del partido por el mismísimo General Perón ejercén el poder revanchista para con todos, incluso para con sus colegas peronistas que ahora -desde su particular concepción del justicialismo- son fachos. La carencia de un pasado digno de mostrar ha hecho que algunos se crearan historias que no han sido tales, mientras otros se adjudican hechos por los cuales en cualquier otro momento y lugar del mundo, hubieran sido, cuanto menos, investigados por la justicia por autoría o encubrimiento de delitos contra el Estado. Con este panorama, no es de extrañar que salgan a pegarle a Reutemann por sus declaraciones.

Personal de Limpieza intenta limpiar las puertas de acceso a la Clínica de los Arcos luego de que Nilda Garré se la llevara puesta. Planean convocar a un Obispo exorcista para limpiar el resto de la clínica.
Sin embargo, es lo que hay. Cristina diciendo en un acto que Néstor estaba bien y que habló por teléfono con el hijo de él (Máximo no encuentra consuelo ante tamaño desamor) diciendo que el consumo argentino es único, que millones de argentinos tienen poder adquisitivo supremo, que el salario mínimo es el más alto de la región -aclaración: competimos con Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguya- para más tarde, desde otro acto, informar que el aumento a las jubilaciones llevará a los viejos de la patria a cobrar la jugosa suma de 895 pesos mientras la aplauden.
Mientras Néstor estaba internado, ella inauguraba una planta de Coto, la misma semana en la que la carne llega con un 40% de aumento y la culpa es de todos los productores. Menos de Coto.
Pensando en cómo se encuentra Néstor, me siento bastante mejor. Estar internado en terapia intensiva luego de una operación para salvarte de un ACV que te podría haber costado la vida y que tu mujer no suspenda la agenda de discursos pedorros por un día, debe ser el peor castigo que te podría tocar e
n la vida. Sentirte solo al borde de la muerte y estar rodeado de Capitanich, Kunkel, Garré y Alicia Kirchner, deben dar ganas de iniciarles juicios por mala praxis a los médicos que lo castigan de ese modo.

Visiblemente exitada a bordo de un cuatri de competición. Hacía tiempo que no sentía algo potente allí debajo.
Mi Foto con una Gorila

Miércoles. Tres días de licencia médica por un ataque al hígado. Después me quejo de este país maravilloso.