¿Fachos?

Hace tiempo que se viene utilizando el concepto de Facho, como terminología despectiva para calificar a todo aquel que aparente ser de derecha, como si el sólo hecho de definirse de derecha –concepto mal trasculturizado- te convirtiera en pro milico, concepto que a la inversa sería considerar a todo zurdo un fundamentalista stalinista.

Más allá de las consideraciones que se hagan del caso, mientras miembros del Gabinete tildan de fascistas a meros opositores –algunos, no jodamos, se lo merecen- un medio a tildado de fachoprogresista al Kirchnerismo, como si tamaño oxímoron fuera posible.

El primer fascismo, nacido del riñon socialista de Italia, contemplaba una armisticio internacional, y una intervención a los Bancos –Heller, anotá, no inventaste nada, facho disfrazado- para luego armarse de los conceptos de la patria exaltada por encima de tiempo y espacio y el estado, sagrado como expresión jurídica y legal de la nación. No seamos generosos al llamar fachos a los kirchneristas. Tan solo un par de puntos los unen. El fascismo ha servido como casi ningún otro modelo de la historia al control de la burguesía italiana sobre el proletariado utilizando sus mismas herramientas para construir el poder sin contras. El fascismo también se había aliado a una sola central obrera, no tan rompebolas, no reconiendo la personería jurídica de la otra. Sin embargo, en el medio dejó una seguridad social sin precedentes y solucionó los problemas habitacionales.

Absolutamente estratificado en el poder, a pesar de tener una cabeza más que visible, se había convertido en un aparato infranqueable en política exterior, mientras que puertas adentro, estaba todo bastante controlado. El que pensaba distinto, era perseguido y si algún legislador se hacía el boludo, le cortaban la yugular y lo tiraban en un bosque.

Sin embargo, comparar el kirchnerismo con el fascismo, es tan blando como decir que por haber ganado el Quina 6 pertenecemos a los ricos argentinos. Tener guita, no te da clase. Aplicar tácticas fascistas, no te convierte en facho, que mal que le pese a alguno, no deja de ser un modelo de Estado. Podremos no estar de acuerdo con sus políticas, pero no deja de ser un modelo real, con consignas a seguir.

De este lado de la historia y del mundo, tenemos a un grupo de pelotudos que se hacen los Camisa Negra desfilando por Roma al denunciando vía Facebook a todo aquel que se sume a un grupo pedorro en contra del oficialismo. Boludos que sienten que incendian fábricas reprimiendo a revolucionarios troskistas en el sur de Italia cada vez que escrachan a una vieja que pasó las últimas siete décadas de su vida en Cuba, cuando lo más cerca que han estado de la isla caribeña es en el cine Gaumont viendo a Benicio del Toro haciendo del Che.

Por mí se pueden ir todos a la mierda. Yo sigo anotando en mi lista a todos los que fueron kirchneristas de la primera, segunda y tercera hora. No vaya a ser cosa que se me olvide alguno. Porque todos tenemos derecho a ser escrachados alguna vez. No es persecuta. Es redistribución del huevazo, nada más.

Y por mi, que los programas oficialistas se llamen, Televisión Arrastrada, Duro de Entender y 6 te Entregan el 7 a las 8. Que la Canal 7 se llame Televisión Bien Abierta, que los discursos de Cristina se los metan en lo más recóndito del aparato intestinal y que por cada medida de Gobierno, me acaricien el escroto.

ALGARABIA:

La Organización No Gubernamental Missing Government, anuncia con gran beneplácito el hallazgo con vida del Ministro Lino Barañao. Luego de desconocerse su paradero durante los últimos 30 meses, ha sido restituído a sus funciones y ya demuestra una gran mejoría al decir que no es posible la manipulación de un estudio de ADN sin decir una sóla sílaba de qué pasa si cambian la sangre. En un país en el que se han afanado hasta el cráneo del cadáver del hijo de un Presidente muerto en condiciones dudosas, no hay más que celebrar la reaparición de una figura notable del Mejor Cuadro Político desde el Paleozoico.